Hará cosa de diez años que vi esta película y creo que se ha revalorizado con el tiempo. De entrada, es un impecable thriller de policías y mafiosos que, dejando al margen ciertos localismos y particularidades culturales que pueden acabar en situaciones puntuales que chirríen a ojos del espectador europeo, no desmerece ni en lo argumental ni en lo narrativo de cualquier thriller europeo de clase media-alta.

Su punto fuerte reside en que es la película que uno espera encontrar cuando busca algo de este género, sin trazas del wokismo que ya por entonces empezaba a invadir las producciones europeas, sin las cuotas de género, raza o identidad que se exige en la actualidad, un producto en el que personajes de ambos sexos desempeñan el papel que te esperas de ellos con roles que te puedes creer. Y sí, hay personajes femeninos importantes, inteligentes y fuertes, pero a su manera, como en la vida real, con criterio. Además, frente al hiperrealismo contemporáneo actual que muestra el lado hortera de la madia, con matones cutres, capos con ecoansiedad, sobornos a funcionarios de poca monta y sicarios en chándal que viven del trapicheo y la extorsión, "New World" nos lleva a la mafia cinco estrellas de trajes buenos, restaurantes exclusivos y, sobre todo, grandes planes que involcuran a megacorporaciones y tratos con gobiernos.

“New world” está bien escrita y tiene personajes muy atractivos. Es inquietante, trepidante y, naturalmente, está llena de escenas en las que impera una violencia dura y elegante, con un punto de espectáculo y una escenografía impactante. Es coreana cuando conviene (pero sin salirse de madre) y europea cuando hace falta (pero sin más psicología de la necesaria). Muy fácil de ver y de engancharte a ella. Además, sale el carismático Choi Min-Sik que siempre, haga de bueno o de malo, garantiza intensidad y sentimientos hacia él.