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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
9
Bélico. Acción Octubre de 1993. Soldados americanos de élite son enviados a Mogadiscio (Somalia) en una misión de paz de las Naciones Unidas, pero su principal objetivo es capturar al caudillo Aidid y acabar de raíz con la guerra. La misión se complica cuando dos helicópteros Black Hawk son derribados. Entonces lo único que importa es rescatar a los soldados que han quedado atrapados o han resultado heridos en el accidente. (FILMAFFINITY)
12 de julio de 2020
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por uno de los más solventes directores de cine contemporáneos, Ridley Scott, “Black Hawk derribado” nos lleva a uno de los enfrentamientos más intensos y olvidados en los que se vio envuelto el Ejército de EEUU a finales del siglo pasado, la llamada Batalla de Mogadiscio, y de la que casi nadie tuvo noticia hasta esta película. Y es que Somalia estuvo de moda en 1992 por una devastadora hambruna (causada por una sangrienta guerra civil a la que nadie prestó atención, las cámaras solo mostraban niños famélicos) y porque Clinton mandó a los marines con mucha parafernalia para asegurar la distribución de ayuda, pero muchos (los que siempre hablan y nunca hacen nada) que le echaron en cara que lo hizo para distraer la atención de sus líos sentimentales.

En la misma línea de cine bélico realista inaugurada por “Salvar al Soldado Ryan”, Ridley Scott nos empotra en la compleja estructura militar norteamericana que intentó capturar al Señor de la Guerra somalí Mohamed Farah Aidid, tratando de mostrar en pantalla todos los detalles de la operación, tanto a nivel estratégico, como táctico, tanto en la componente aerotransportada, como en la columna motorizada, como en las operaciones previas de reconocimiento y preparación logística. En este sentido, “Black Hawk derribado” ofrece una panorámica mucho más amplia del teatro de operaciones de la que nos mostró Spielberg, que redujo la visión a las experiencias de un pelotón recorriendo el frente, aunque Spielberg conseguía que cada una de esas pequeñas experiencia fuese un pequeño y peligroso mundo en sí mismas. Pero basta ya de comparaciones, porque al final es como pretender comparar a la incomparable mamá (Spielberg) con el fascinante tío viajero que siempre nos trae alguna sorpresa (Scott). Simplemente no se puede. Mamá es mamá y el tío viajero, por mucho que mole, sólo puede aspirar a ocupar la segunda posición.

Como decía, “Black Hawk derribado” trata de meter en dos horas y media todo lo que fue la batalla, porque al final, aun tratándose de un combate asimétrico entre varios pelotones americanos ultraequipados y varios miles de milicianos somalíes, la cosa adquirió el nivel de batalla. Y, sorprendentemente, dada la complejidad, lo consigue. Un espectador razonablemente atento entenderá la estrategia de la operación americana y el papel de los Delta, de los Black Hawk y de la columna de Humvees, así como las tácticas paramilitares de los somalíes. Además, como suele pasar, el plan de batalla no sobrevivió al primer contacto con el enemigo y la acción se descompuso en combates por toda la ciudad de grupos aislados, pero Scott nos tiene en todo momento informados acerca de dónde está cada uno y en qué situación. Parece sencillo , pero no lo es y tiene mucho mérito. Narrativamente es una película muy complicada y meritoria.

En el plano técnico, los actores se comportan como soldados, se mueven como soldados, hablan como soldados, disparan como soldados y parece que estemos en un documental, en una recreación. Se nota que varios actores venían de trabajar en películas de guerra previas como el Soldado Ryan o “Pearl Harbour”. Salvo algún pequeño gazapo (ay, esa referencia a los aviones AC130 como helicópteros) que a lo mejor es cosa del doblaje, las armas y su efecto son reales, muy, muy reales, así como el atrezzo, la equipación de unos y otros, que está muy cuidada y diferencia perfectamente a los miembros de un grupo de fuerzas especiales de los otros. Ves fotografías de la acción real y parecen sacadas de la película. También los enfrentamientos son reales, con balas silbando de un lado a otra y no todas alcanzando su objetivo (odio esas películas en las que cada disparo del protagonista acaba con un malvado). También se ha tenido en cuenta que no todo el mundo muere al recibir una bala, hay gente que queda herida o incapacitada y se retiran.

Fotografía y música también son tremendas. Las coreografías del vuelo de los helicópteros son espectaculares… y realistas, de nuevo no hay mucha diferencia entre ciertos planos de la película y fotografías tomadas en la acción real. Scott y su gente, captan la luz, la atmósfera de Mogadiscio. Y en cuanto al sonido, si hay algo en lo que “Black Hawk…” vence a al Soldado Ryan es en que fichó a Hans Zimmer y compuso una serie de melodías y encontró algunas canciones étnicas para crear una BSO de primera, de las que puedes escuchar una y otra vez y vas rememorando paso a paso el recorrido de la película.

También consigue entender que la proporción adecuada para una película de guerra entre psicología y acción es de 20%-80%, por lo que queda muy equilibrada entre lo que es entender la mentalidad de los soldados y lo que es el plano puramente táctico, que puede llegar a cansar si todo se reduce a bombardeos y disparos. Terence Mallick lo hizo al revés en "La delgada linea roja" (80% de psicología) y el resultado fue un tostón.

A los que nos gusta el cine bélico, “Black Hawk…” es un referente, quizá la segunda mejor película de guerra de la historia. Se puede ver una y otra vez y no te cansas de los momentos más espectaculares o emotivos (ese MH-6 sobrevolando Mogadiscio anunciando que no dejarán atrás al piloto derribado pone los pelos de punta). Es una película interesante, bien hecha y bien contada que tiene la extraña habilidad de ser respetuosa con los soldados muertos tratando de acabar con la guerra (aunque habrá quien les tache de imperialistas) y con los milicianos somalíes que luchaban por sus propios motivos, imposibles de justificar a ojos de occidente, pero que la película no entra a valorar, simplemente les retrata como gente valiente que peleó por lo que creía.

Por detalles no llega al 10. Si será buena que sólo he visto una crítica negativa, la de Carlos Boyero, el niño de la mano levantada que necesita llamar la atención.
OsitoF
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