Esta es otra sorprendente historia que nos presenta el maestro tras las cámaras Kim Ki-Duk. En esta ocasión nos presenta la extraña relación entre un viejo pescador y una joven abandonada por sus padres. La intención del primero es la de casarse con ella cuando esta cumpla los 17 años, pero todo se complica con la aparición de un joven en escena.

Otra simple historia que llena de bellos planos, aun que en esta ocasión no me llega a convencer como en otros de sus anteriores películas. El hilo argumental se sigue perfectamente, algo muy importante teniendo en cuenta los largos silencios, y nos acompaña una agradable banda sonora (interesante la idea del arco como arma e instrumento musical), pero con una premisa inicial tan interesante se pierde en un exceso de metáforas y no saca todo el jugo que un maestro de su nivel podría haber sacado. Además me deja con la sensación de que Ki-Duk empieza a trabajar constantemente sobre lo mismo, planos perfectamente encuadrados y otra historia más en la que el uso del lenguaje se reduce a su mínima expresión. Y no solo esto, no consigue encender en nosotros sentimientos durante la película, exceptuando un final que deja un buen sabor de boca y que consigue mantener a flote la película. Kim, espero que la próxima vez nos consigas sorprender con algo más trabajado y vuelvas a conseguir despertar secuencia tras secuencia los sentimientos que con tus anteriores trabajos conseguías despertar.