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España España · barcelona
Voto de marai:
6
Comedia. Drama Li Xuelian monta un falso divorcio para obtener un segundo apartamento, pero su marido se vuelve a casar inesperadamente. Después de recurrir al juzgado sin éxito, Li emprende un absurdo periplo de diez años. (FILMAFFINITY)
25 de setiembre de 2016
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
I Am Not Madame Bovary del director chino Xiaogang Feng se alzó con la codiciada Concha de Oro en la 64 edición del Festival de cine de San Sebastián, mientras la estrella de cine, Fan Bingbing lograba la Concha de Plata a la mejor actriz.

La propuesta en un tono poético nos relata la lucha de Li Xuelian que organiza un falso divorcio para optar a un segundo apartamento. A los seis meses, su marido se casa con otra y ella denuncia el falso divorcio. Ahí empieza la lucha de esta mujer por hacer valer sus derechos. La protagonista, en un tono que roza en ocasiones la sátira, muestra cómo está dispuesta a todo para que se le reconozcan sus demandas, abordar a los jueces en las calles, lanzarse a sí misma frente a sus coche, exigiendo una y otra vez en la nulidad de su estado.

Formalmente se utiliza la técnica del encuadre que enmarcada en un círculo, para narrarnos parte del film. Según el director quería rodar con la pantalla en redondo porque es una película muy china y los diversos avatares que atraviesa la protagonista no podrían ocurrir en otro lugar del mundo. La técnica contrasta la tradición y el retrato de Li Xuelian, con un enmarque convencional, subrayando los convencionalismos, la rigidez y la burocracia del sistema de justicia de Beijing. Allí la cámara pasa al encuadre completo.

Pasan los años, y continúa la lucha de Xuelian hasta demandar al Estado por no reconocer sus demandas. En un tono sarcástico se constata lo absurdo de la lucha con la burocracia de un país, que se muestra sorda a las inquietudes que plantean sus ciudadanos, que no resulta resolutiva, y alarga en lugar de resolver el conflicto. El dilema moral en el que se ve sumergida consume todos los planos de su vida. Su vida se paraliza, se suspende en espera de una resolución que parece no llegar nunca. No es capaz de continuar. La burocracia y la espera de una resolución acaba dominando todas las esferas de su vida.

La historia, casi simbólica, puede verse como un espejo de la sociedad China actual, y de la incapacidad de acercarse a las necesidades de los ciudadanos; pero también en otro nivel, como una reflexión más personal sobre cómo hay cuestiones que pueden condicionar y suspender toda una vida.
marai
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