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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Aventuras. Comedia Tras pasar dos décadas en Inglaterra, Bill Bryson (Robert Redford) regresa a los Estados Unidos con el fin de emprender la gran aventura de su vida: escalar los Apalaches, atravesando algunos de los paisajes más bellos del continente. En este viaje cuenta con la ayuda de un viejo amigo (Nick Nolte), que es el único loco dispuesto a acompañarlo. El único problema es que tienen una idea muy distinta de lo que significa "aventura". ... [+]
1 de febrero de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mirando un poco atrás esta producción, uno se sorprende de que en un principio iba a ser protagonizada por Robert Redford y Paul Newman.
Tras saber eso, no es extraño entonces la mezcla de tonos amables, agradablemente cómodos, que transita esta historia, entre la comedia entrañable y un cierto sentimiento de nostalgia por una juventud pasada donde las mujeres eran más jóvenes y las piernas más fuertes.
Pudo ser la perfecta reunión de amigos, pero tuvo que conformarse con no serlo.

No importa, en realidad.
'Un Paseo por el Bosque', desde el principio, se deja de tonterías o prólogos que no añaden nada e inmediatamente se centra en Bill Bryson, un escritor de libros de viaje, contemplando su propia vida tras un incómodo funeral, al que acude sin mucho éxito dando el pésame.
Es en ese pensamiento de la muerte quizás acechando cuando se le ocurre internarse, sumido en reflexiones, en la vegetación y contempla un simple sendero de la ruta de los Apalaches. Sin apenas decir nada, una sola mirada de Redford nos lo ha contado todo.

Tal vez ese sería el rasgo más refrescante en lo que no deja de ser otra 'road movie' de autosuperación y autodescubrimiento: la facilidad con la que los pensamientos y emociones más sencillos toman forma sin problemas, y aunque sean una auténtica locura nadie va a discutir con lo que se suponen años de experiencia.
Ambos "amigos" en ruta, Bill y Stephen, son dos hombres en algún ocaso de su vida que vienen de esa parcela cómoda de esa existencia, para darse cuenta de que todavía les quedaban territorios incómodos, que merecía la pena descubrir.
Frente a un Nick Nolte cada vez más desaliñado y morado, Redford es todo decisión y buenas maneras: quizá con Paul Newman esto no habría tenido tanto de comprensión al que nunca se ha podido comprender.

Durante el camino les aguardan excursionistas insufribles, flirteos fugaces y sobre todo confesiones, mezcladas con reflexiones. Ambos recuerdan aquel viaje a Londres o España, pero lo hacen con la típica tranquilidad de quien asume que después de eso no vendrá nada mejor, hasta que de repente se ven forzados a gritar como energúmenos en plena noche para escapar de depredadores: cada viaje hace sus propias experiencias entonces, y una persona jamás podrá tener límite a los recuerdos inesperados.
Luego están las pequeñas renuncias y los arranques de orgullo que no les dejarán terminar el camino con trampas o atajos. Cada uno debe recorrer su camino, pero puede elegir cómo hacerlo, tan sencillo como eso.

¿Puede que en el fondo andar el camino sea una excusa, una demostración física de un sentimiento que nunca se logra explicar?
Es posible, y la historia de estos dos amigos no se cierra la puerta a contemplarlo, de igual manera que está encantada con ser esa comedia agridulce que nunca ocultó ser.
Todo para demostrar que, al final, los caminos los marca y los recorre uno mismo.
Charles
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