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Voto de Charles:
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Bélico. Ciencia ficción. Thriller. Acción
Stripe (Malachi Kirby) y Raiman (Madeline Brewer) son dos soldados que deben proteger a los habitantes de una aldea de la invasión de mutantes salvajes. Tecnológicamente tienen ventaja, pero desconocen si será suficiente para sobrevivir. (FILMAFFINITY)
25 de octubre de 2016
27 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un momento de este interesante capítulo bélico, el administrativo del ejército brillantemente encarnado por Michael Kelly explica pacientemente las dificultades de la guerra.
Lo hace obviando las pérdidas, las hambrunas y la falta de recursos, y se centra en una sola cosa: las personas que luchan en el campo de batalla.
Gente que, maldita sea, tienen una conciencia, un gusto, una complicada humanidad que les evita convertirse en máquinas de matar. Porque nadie va a apretar un gatillo sin sentir remordimientos después, de igual manera que dirigirse a eliminar a sangre fría semejantes no es una orden tan fácil de dar como de ejecutar.
Sin embargo, y paralelo a ese discurso, es impresionante como el ser humano ha forzado la tecnología a su favor para evitarse mancharse las manos de sangre.
Hoy existen bombas teledirigidas, apuntadas a un objetivo y ¡bum!, no más remordimientos, no más pesadillas con los gritos de los que mueren a nuestras manos. Es curioso como el ingenio se dirige más a matar que a solucionar los conflictos que hacen matar.
Sin decir nada más, cabe recalcar que este capítulo, pese a que te puedas oler la "sorpresa" a distancia, presenta algo tan de cajón que es increíble que a nadie se le haya ocurrido antes.
Queremos no tener humanidad en el campo de batalla. La tecnología nos presenta el adecuado refugio contra esa humanidad. Que cada cual haga sus cuentas, aunque probablemente salgan en negativo.
Lo hace obviando las pérdidas, las hambrunas y la falta de recursos, y se centra en una sola cosa: las personas que luchan en el campo de batalla.
Gente que, maldita sea, tienen una conciencia, un gusto, una complicada humanidad que les evita convertirse en máquinas de matar. Porque nadie va a apretar un gatillo sin sentir remordimientos después, de igual manera que dirigirse a eliminar a sangre fría semejantes no es una orden tan fácil de dar como de ejecutar.
Sin embargo, y paralelo a ese discurso, es impresionante como el ser humano ha forzado la tecnología a su favor para evitarse mancharse las manos de sangre.
Hoy existen bombas teledirigidas, apuntadas a un objetivo y ¡bum!, no más remordimientos, no más pesadillas con los gritos de los que mueren a nuestras manos. Es curioso como el ingenio se dirige más a matar que a solucionar los conflictos que hacen matar.
Sin decir nada más, cabe recalcar que este capítulo, pese a que te puedas oler la "sorpresa" a distancia, presenta algo tan de cajón que es increíble que a nadie se le haya ocurrido antes.
Queremos no tener humanidad en el campo de batalla. La tecnología nos presenta el adecuado refugio contra esa humanidad. Que cada cual haga sus cuentas, aunque probablemente salgan en negativo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En serio, ¿quién no puede pensar que la situación descrita aquí no podría pasar, sobre todo cuando se oye exclamar a los jugadores de Counter Strike, Medal of Honor o Call of Duty que quieren "más realismo en los gráficos", "más sangre" o "más armas"?
Los jugones de hoy perfectamente podrían ser las armas del mañana.
Perfectamente moldeadas por un condicionamiento que han mamado desde su juventud, y que les ha habilitado para desconectar sus "sentimientos" porque "nada es real".
Da miedo imaginarse una guerra sin miedos, sin trastornos, sin piedad.
Pero esa es una que ya se libra en las consolas de medio mundo.
Los jugones de hoy perfectamente podrían ser las armas del mañana.
Perfectamente moldeadas por un condicionamiento que han mamado desde su juventud, y que les ha habilitado para desconectar sus "sentimientos" porque "nada es real".
Da miedo imaginarse una guerra sin miedos, sin trastornos, sin piedad.
Pero esa es una que ya se libra en las consolas de medio mundo.