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España España · Madrid
Voto de Charles:
8
Comedia. Musical Película-documental sobre los Beatles. Por primera vez han decidido romper todas las reglas: saltarse el programa, ignorar sus obligaciones y saborear la libertad. Pero, para ello, tendrán que dar esquinazo a sus admiradores, esquivar a los periodistas y desobedecer a sus mánagers. Primera incursión de los Beatles en el cine, que resultó ser una interesante comedia de aventuras y rock & roll. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2018
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es imposible.
Imposible no contagiarse de esa energía avasalladora y efervescente que llega desde un prólogo con los Beatles huyendo de sus fans adolescentes.
Lo que se podría haber retratado como drama o suspense, aquí es fiesta continua: si nos pillan, ¿qué podemos perder que no sea nuestra suerte?
A quién le importa, cuando lo estamos pasando tan bien.

'Qué Noche la de Aquel Día' se lleva quejas por estar clasificada como documental, pero es que yo creo, de verdad, habiendo escuchado sus discos, que la vida de los cuatro de Liverpool era así.
Una locura interminable, ir de un sitio a otro sin saber los planes del mánager, sobrevivir a los aficionados, periodistas y otros animales de más variado pelaje, pero nunca sin perder la tontería o la sonrisa.
Porque, allá donde fueran, siempre eran John, Paul, George y Ringo, amigos antes que estrellas.

Lo que todos hemos querido hacer, pasar días enteros con colegas del alma montados en una pasarela de fama y oportunidades, para ellos era la norma, y eso se veía en cada canción que tocaban y escribían.
No me chirría que en medio de una partida de cartas en vagón gallinero aparezcan sus instrumentos y nos alegren el viaje: siempre fue ese juego de complicidad entre ellos la guinda del pastel en cada actuación, como si nos estuvieran invitando a una reunión de amigos donde se oía música.
Este documental fantástico, y fantástico documental, además tiene el buen tino de inmortalizar las caras de loca ilusión entre sus fans, que se han quedado grabadas de la manera más pura en estos fotogramas, demostrando sinceramente lo magnífico que pudo ser vivir su música desde el escenario del 64.

¿Y al cuarteto qué más le podía quedar por hacer antes del concierto?
Nada, tal vez.
Una "nada" en la que cabe el abuelo de Paul como agudo comentario a la picaresca que conservaba la misma tercera edad que les criticaba, el desafío continuo y travieso a cualquier norma que venga ya dada, ejecutivos de moda prediciendo modas que nacerán gastadas, gentes del espectáculo que seguirán sin saber que el secreto está en pasárselo bien y volver al estudio antes de la hora de emisión, donde toca construir recuerdos para varias generaciones.
Quien piense que es demasiado imposible se puede bajar cuando quiera: los Beatles no te piden en ningún momento que te lo creas, solo que vieras el Reino Unido de principios de los sesenta a su misma manera.

A veces, son las tonterías más simples las que se quedan en la memoria.
Los Beatles lo sabían, y por eso invitaron a todo su público a sentirse invencibles, del modo que solo su música podía describir.

Qué bueno que tuviéramos noches de aquellos días así.
Charles
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