No creo que hayan muchos más títulos en la filmografía de Charlton Heston en los que su interpretación sea lo más destacable. Este Will Penny es un antihéroe de los pies a la cabeza, alguien que no esconde sus defectos y que es realista con la situación que le toca vivir en cada momento. Cuando los vaqueros más jóvenes se ríen de él no pega con las manos porque su trabajo y su supervivencia dependen de esas manos, no puede arriesgarse a quedarse sin trabajo, eso supondría una terrible condena. Por ello el arranque de esta película no deja lugar a equívocos, Will Penny no es ni el más listo, ni el más guapo, ni el más rápido con el gatillo, él es sólo un vaquero como tantos otros, sin nada especial, de edad madura y que vive en un oeste triste.

Lo peor de esta película es, una vez más, la lamentable y absurda mala traducción del título original, cuestión ampliamente debatida en este y otros irritables casos. El protagonismo absoluto de Heston en este drama lo lleva de un lado a otro, de quedarse sin trabajo a buscarse la vida en el duro invierno, cruzarse con unos malos algo grotescos y hasta encontrar el amor. Me iré al spoiler para anotar mi impresión sobre la cuestión sentimental, no sin antes insistir en la gran definición que se realiza del personaje, un tío que no se lava, que no se cambia de ropa y que, evidentemente, firma con una X cuando ha de cobrar el sueldo.