Media votos
5,7
Votos
3.034
Críticas
31
Listas
6
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de MrRipley:
3
8,2
186.587
Fantástico. Aventuras. Acción
Las fuerzas de Saruman han sido destruidas, y su fortaleza sitiada. Ha llegado el momento de decidir el destino de la Tierra Media, y, por primera vez, parece que hay una pequeña esperanza. El interés del señor oscuro Sauron se centra ahora en Gondor, el último reducto de los hombres, cuyo trono será reclamado por Aragorn. Sauron se dispone a lanzar un ataque decisivo contra Gondor. Mientras tanto, Frodo y Sam continuan su camino hacia ... [+]
20 de agosto de 2006
35 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al contrario que otros detractores de esta saga, yo sí leí el libro de Tolkien, a los 13 o 14 años más o menos, o sea, en plena adolescencia. Y al contrario que otros lectores del libro, no creo que me marcara especialmente. A partir del segundo libro, el misterio y el sentido de la aventura de algunos momentos de la primera parte, me empezó a hastiar bastante, y el recurso a los "grandes momentos" y a los actos heroicos me acabó saturando, aspectos estos, q en la trilogía de Jackson, me parecen aún más pomposos y solemnes.
Sólo voy a señalar dos cosas de estas historias que me molestan.
En contraste con esta saga, en las historias clásicas de vampiros había unas reglas del "juego fantástico" que situaban de alguna forma al lector dentro de la historia, que más o menos, marcaban una línea entre lo que era verosímil y previsible y lo que no. Los vampiros evitaban las cruces, el contacto con la luz del sol, contagiaban "su mal" al morder a una víctima... En El señor... no existe nada de esto; los magos tienen un poder sujeto totalmente a la arbitrariedad de Tolkien. A veces hacen cosas maravillosas, como sobrevivir a caídas por cuevas de profundidad kilométrica, mientras que otras demuestran ser bastante inoperantes. Sauron resulta al principio una fuerza casi invencible del mal, pero según surge la necesidad de que los héroes triunfen, resulta tan candoroso y torpe como los ladrones de Solo en casa. Me molesta que sus guerreros, los orcos, no sean más que carne putrefacta andante, puesta ahí para ser triturada por las fuerzas del bien y que además, al contrario que "los que pertenecen al bien", sean tan fáciles de matar.
Sólo voy a señalar dos cosas de estas historias que me molestan.
En contraste con esta saga, en las historias clásicas de vampiros había unas reglas del "juego fantástico" que situaban de alguna forma al lector dentro de la historia, que más o menos, marcaban una línea entre lo que era verosímil y previsible y lo que no. Los vampiros evitaban las cruces, el contacto con la luz del sol, contagiaban "su mal" al morder a una víctima... En El señor... no existe nada de esto; los magos tienen un poder sujeto totalmente a la arbitrariedad de Tolkien. A veces hacen cosas maravillosas, como sobrevivir a caídas por cuevas de profundidad kilométrica, mientras que otras demuestran ser bastante inoperantes. Sauron resulta al principio una fuerza casi invencible del mal, pero según surge la necesidad de que los héroes triunfen, resulta tan candoroso y torpe como los ladrones de Solo en casa. Me molesta que sus guerreros, los orcos, no sean más que carne putrefacta andante, puesta ahí para ser triturada por las fuerzas del bien y que además, al contrario que "los que pertenecen al bien", sean tan fáciles de matar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La otra cosa que me llama la atención es el poco pudor con que se recurre a un motivo clásico de la literatura de aventuras: el del héroe al que se da por muerto y que reaparece victoriosamente al haber conseguido salvarse en el último momento. Me parece una forma muy fácil conseguir el "gran momento" (algo que en libro y película se busca con una insistencia casi obsesiva), que en este caso coincide con el de su reaparición casi milagrosa, en su regreso de entre los muertos. En El Señor... se da por lo menos tres veces: primero con Gandalf, luego con Aragorn, y finalmente, en esta tercer parte, también con Frodo.
Hay más cosas que no me gustan de la historia en sí, pero en general tengo la misma sensación ante estas historias de Tolkien que ante esas películas deportivas en que, en la escena final, la victoria de los protagonistas depende de un tiro en el último segundo, rodado muchas veces a cámara lenta. La situación es totalmente falsa y carece por completo de la "inmediatez" de un partido real, porque no depende de la habilidad y suerte de un jugador, sino del intento desesperado de un guionista por conseguir uno de esos "grandes y maravillos momentos que nunca se pueden olvidar". El demiurgo que dirige los sufridos destinos de los personajes de El Señor... se mueve, más o menos, con esa misma falta de sutileza.
Hay más cosas que no me gustan de la historia en sí, pero en general tengo la misma sensación ante estas historias de Tolkien que ante esas películas deportivas en que, en la escena final, la victoria de los protagonistas depende de un tiro en el último segundo, rodado muchas veces a cámara lenta. La situación es totalmente falsa y carece por completo de la "inmediatez" de un partido real, porque no depende de la habilidad y suerte de un jugador, sino del intento desesperado de un guionista por conseguir uno de esos "grandes y maravillos momentos que nunca se pueden olvidar". El demiurgo que dirige los sufridos destinos de los personajes de El Señor... se mueve, más o menos, con esa misma falta de sutileza.