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España España · Las Palmas
Voto de Oscar:
6
Comedia Pedrito de Andía, un adolescente algo acomplejado por su baja estatura, sigue enamorado de Isabel, una amiga de la infancia. Cuando va al puerto a recibirla tras su larga estancia en el extranjero, se encuentra con que su amiga se ha convertido en una esbelta mujer que lo hace sentir empequeñecido. Además, debido a un desaire de Isabel se enzarza en una pelea, a causa de la cual lo envían a su pueblo para que se enmiende. (FILMAFFINITY)
28 de noviembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La vida nueva de Pedrito Andía” es de las películas más desconocidas del gran Rafael Gil. Ignorada incluso por libros de referencia del cine español como “Biografía del cine español”. A ello contribuyó el hecho de tener un estreno desapercibido y casi silencioso y que la versión difundida en España haya sido el montaje mexicano bajo el titulo “Joselito se enamora”, que trivializa y despista totalmente acerca de las características auténticas de este magnífico trabajo cinematográfico.

Fue en 1965 cuando Gil recibió una nueva oferta de Cesáreo González que le sorprendió mucho: una película con Joselito, el ídolo infantil de masas, ya convertido en adolescente y que ya había perdido casi toda la magia que le había convertido en todo un fenómeno social de su tiempo. Sería su última película que le tocaría por contrato, y quería despedirse con un trabajo diferente, con una obra de prestigio que no tenga nada que ver con las anteriores.

La pieza elegida fue la obra “La vida nueva de Pedrito Andía”, una de las mejores novelas españolas de los años cuarenta, escrita por el novelista, periodista y ex ministro Rafael Sánchez Mazas, quien además siguió muy de cerca la adaptación.

Rafael Gil logra una de sus películas visualmente más hermosas, con escenas inolvidables como la de las playas de San Sebastián, teñidas de un suave y casto erotismo, el baile del zortziko, en el que Pedrito sueña con ser tan alto como Isabel, o la promesa de acudir descalzo al santuario de Begoña para rezar por el amor de la muchacha. Esta escena, una de las más sugerentes de la película, incluye un encuentro misterioso de Pedrito con un hombre maduro, libros bajo el brazo y mirada inquieta, que le pregunta en las escaleras de Begoña si cree en las promesas y en Dios mismo. Cuando el chico contesta afirmativamente, el hombre mueve la cabeza con aprobación. Este personaje no es otro que don Miguel de Unamuno.

“La nueva vida de Pedrito Andía” rezuma lirismo y autenticidad, se puede respirar el aire fresco de la tierra vasca, sentir las gotas de lluvia, empaparse de una belleza de siglos. El propio autor de la novela, Sánchez Mazas, estuvo presente algunos días en el rodaje e indicaba a los técnicos y a los actores algunos detalles del vestuario o del escenario, ya que su Pedrito Andía tenía numerosos elementos autobiográficos.

Fue una película que no funcionó bien en taquilla, primero porque su calificación fue para mayores de 18 años, algo increíble, lo que acabó casi por completo con el público aficionado a Joselito. Segundo, el estilo de la obra, clásico y académico, se apartaba de las modas imperantes en el cine español de 1966. Eran demasiadas dificultades, y la película fracasó.
Además que Joselito, que nunca fue un actor en el sentido puro del término, en esta película se esfuerza y logra una digna interpretación, pero es de justicia reconocer que no encarna con propiedad al Pedrito Andía de la novela. Pese a sus méritos, es el punto más débil de una obra que merece una urgente revisión histórica, una obra que vuelve a demostrar el talento de su director.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Oscar
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