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España España · Miranda de Ebro
Voto de Michi:
8
Comedia. Drama Robbie es un joven padre primerizo de Glasgow que no logra escapar de su pasado delictivo. Se cruza en el camino de Rhino, Albert y la joven Mo cuando, como ellos, evita por poco la cárcel pero recibe una pena de trabajos sociales. Henri, el educador que les han asignado, se convierte entonces en su nuevo mentor y les inicia en secreto… en el arte del whisky. Entre destilerías y sesiones de degustación, Robbie descubre que tiene un ... [+]
4 de junio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo en el que el retrato de la sociedad inglesa que nos mostraba el director de cine Ken Loach -en los últimos quince años, en estrecha colaboración con su guionista de cabecera, el escocés Paul Laverty-, a mucha gente le resultaba lejano, exagerado o poco verosímil. Después de más de cinco años de asfixiante crisis mundial, los telediarios de nuestro país podrían realizarse sin problemas con cortes y escenas tomadas de gran parte de sus películas. Por suerte, y para no ahondar en la herida, el director británico ha elegido la comedia negra para contarnos una historia sobre adolescentes en riesgo de quedar excluidos de la sociedad. Un grupo de jóvenes escoceses juzgados por separado por un pasado oscuro repleto de robos, peleas y drogas, (entre los que destaca Robbie por su violencia desproporcionada), que son “premiados” con una segunda oportunidad en la vida en forma de prestación de servicios sociales a la comunidad, y que contarán con la impagable ayuda de Harry, su educador, que dedicará su tiempo libre a intentar reconducir las vidas de éste entrañable grupo.

Muchas son las características que se vienen repitiendo a lo largo de los años en la filmografía de Ken Loach, y que por supuesto son claramente visibles en La Parte de los Ángeles (ganadora del premio especial del jurado del Festival de Cannes del año 2012): el ya mencionado retrato social protagonizado por la clase trabajadora (lo que suele ser aprovechado por sus detractores para criticar su previsible posicionamiento político), una fotografía inconfundible –sobria, sin alardes- o la credibilidad pasmosa que ofrecen sus personajes, gracias al acierto de elegir actores no profesionales, personas de la calle que se interpretan a sí mismos. Tal es el caso de Paul Brannigan (Robbie), quien pasó gran parte de su juventud en medio de la violencia de pandillas e incluso pasó un tiempo en detención de menores. El otro gran protagonista es John Henshaw (Harry) que ya trabajó anteriormente con el director británico en Buscando a Eric.

Ante nosotros la suerte de disfrutar de una comedia de apariencia amable, de relato casi predecible, pero con la marca de la casa del tándem Loach-Laverty, que no esconde la crítica a una sociedad preocupada en aparentar y que debería creer más en las segundas oportunidades. Una celebración de la amistad, del compañerismo, del poder de la unión.
Michi
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