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Voto de Sícoles:
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Drama
Dos hermanos están introducidos en el mundo de las mafias chinas. Uno, el hermano menor, es incapaz de evitar los líos por su impetuoso temperamento. Por su parte, el hermano mayor, al enamorarse, decide abandonar el oscuro entorno en el que se mueve, pero antes tendrá que volver a ayudar a su hermano pequeño... (FILMAFFINITY)
2 de agosto de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Pasión, pasión. Experimentos como este le llevan la delantera a las grandes obras concienzudamente concebidas, porque aquí la energía no se corta y te traspasa hasta la médula. Punk con la melosidad de una balada romántica. Joya joven y morbosa.
Malas calles, malos hábitos, atracciones fatales y responsabilidades asfixiantes. Un puto huracán de cine de autor y de cine soñador.
Así es como ha pasado por mis venas. Puro disfrute».
Eso escribí en mi diario el otro día, pocos minutos después de ver As Tears Go By. Teclearlo literalmente me parece la manera más veraz de transmitir el estado de embriaguez que sentí durante el visionado. Ahora me resulta casi imposible recordarlo con claridad o escribir de una forma tan desinhibida.
En efecto, el debut de Wong Kar-Wai me transportó a otra dimensión durante cien minutos. Desde el primer fotograma de neones y vapores —a lo Blade Runner— reflejados en las pantallas de un edificio, la película destila la magia del mejor cine, el que notas en el pelo erizado y en las sienes, en ese orden. Qué luces, qué música, qué colores, ¡qué todo! ¿Cómo es posible que la tilden de ejercicio de novato, de primer intento, etcétera etcétera? Esta genialidad sería la obra cumbre de miles de cineastas. Obviamente, OBVIAMENTE, Wong Kar-Wai firmaría trabajos mejores, pero este ya está a la altura de otras películas primerizas como Blood Simple o la seminal Mean Streets.
Quizá exagere. Por suerte, la he vivido de esta manera.
Malas calles, malos hábitos, atracciones fatales y responsabilidades asfixiantes. Un puto huracán de cine de autor y de cine soñador.
Así es como ha pasado por mis venas. Puro disfrute».
Eso escribí en mi diario el otro día, pocos minutos después de ver As Tears Go By. Teclearlo literalmente me parece la manera más veraz de transmitir el estado de embriaguez que sentí durante el visionado. Ahora me resulta casi imposible recordarlo con claridad o escribir de una forma tan desinhibida.
En efecto, el debut de Wong Kar-Wai me transportó a otra dimensión durante cien minutos. Desde el primer fotograma de neones y vapores —a lo Blade Runner— reflejados en las pantallas de un edificio, la película destila la magia del mejor cine, el que notas en el pelo erizado y en las sienes, en ese orden. Qué luces, qué música, qué colores, ¡qué todo! ¿Cómo es posible que la tilden de ejercicio de novato, de primer intento, etcétera etcétera? Esta genialidad sería la obra cumbre de miles de cineastas. Obviamente, OBVIAMENTE, Wong Kar-Wai firmaría trabajos mejores, pero este ya está a la altura de otras películas primerizas como Blood Simple o la seminal Mean Streets.
Quizá exagere. Por suerte, la he vivido de esta manera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A Mean Streets se parece bastante. Esta vez el protagonista se enamora de su propia prima (segunda), no de la prima del amigo al que protege. Supongo que por eso escribí lo de morbosa. Me acordé de la cinta de Scorsese en el frenesí de Fly y Site corriendo entre las mesas de billar. Hay un momento en el que Fly dice: «Who’s Tony? I don’t know him». Habla en inglés sin razón aparente: sospecho que se trata de una frase de Johnny Boy, el personaje de De Niro. Él también debía dinero a un tal Tony, así que tiene toda la pinta.
A través de la ayuda a ese hermano díscolo —donde Mean Streets encontraba un sentido bíblico—, As Tears Go By habla de dignidad, y en última instancia de errores fatales, reflejados en las lágrimas de Maggie Cheung. El final trágico ocurre en las dos películas, pero mucho más brutal y rotundo en la de Wong Kar-Wai.
Mayor diferencia existe en la subtrama romántica, que aquí de subtrama tiene poco. Amor de los que desgarran el cabello y no se olvidan, perfectamente conducido y rematado con ese beso en la cabina telefónica y la versión de «Take My Breath Away» de Sandy Lam. Y sí, deja sin aliento.
A través de la ayuda a ese hermano díscolo —donde Mean Streets encontraba un sentido bíblico—, As Tears Go By habla de dignidad, y en última instancia de errores fatales, reflejados en las lágrimas de Maggie Cheung. El final trágico ocurre en las dos películas, pero mucho más brutal y rotundo en la de Wong Kar-Wai.
Mayor diferencia existe en la subtrama romántica, que aquí de subtrama tiene poco. Amor de los que desgarran el cabello y no se olvidan, perfectamente conducido y rematado con ese beso en la cabina telefónica y la versión de «Take My Breath Away» de Sandy Lam. Y sí, deja sin aliento.