Anja a sus 43 años acaba de estrenar con buenas críticas un espectáculo de danza cuando le diagnostican un tumor en el cerebro después de haber superado un cáncer de pulmón hace poco más de un año. Acompañada de su pareja Tomas y una extensa familia de tres hijos y tres hijastras tendrá que afrontar el desánimo y una montaña rusa de emociones durante los días de las fiestas de Navidad hasta su ingreso hospitalario.

La directora Maria Sødahl parte de su propia experiencia personal y se aleja de forma rotunda tanto del drama lacrimógeno victimista como de los mensajes de aliento superficiales para mostrarnos un relato íntimo y veraz entre visitas hospitalarias y encuentros familiares o de pareja manteniendo en todo momento un humanismo complejo y con múltiples aristas. Situaciones de una carga emotiva enorme que se encaran desde el cariño y la proximidad, sin heroicidades ni fugas escapistas para acabar conformando un mensaje de una ternura y una amabilidad encomiables.

Mención aparte merecen la pareja de actores protagonistas. Andrea Bræin Hovig ya está nominada a mejor actriz europea por una interpretación de una dificultad mayúscula a la que le da todos los matices posibles. Stellan Skarsgard es un veterano con la exitosa y reciente participación en la serie Chernobyl que logra transmitir un extenso abanico de singulares emociones en un difícil papel de acompañamiento y consuelo.

Un drama nada empalagoso que muestra perfectamente los rincones más enrevesados de la persona afrontando una inesperada e inoportuna adversidad mientras se pone en valor de forma verosímil el amor de pareja y la importancia de la compañía familiar sin hacer abuso en ningún momento de los tópicos más manidos. Una joya tapada para descubrir que desprende humanismo por los cuatro costados y seguro defenderá dignamente su candidatura a los Óscars a la mejor película extranjera. (8).