El genial estudio de animación se atreve a salirse otra vez del molde más cómodo de las historias más clásicas hechas por ordenador.
El hecho de que esta chica se transforme en un peculiar y adorable panda rojo gigante cuando se disparan sus emociones, es el gancho para el público más pequeño. Pero, como espectador adulto, prefiero quedarme con sus otras lecturas, algo que la compañía de la lamparita siempre incluye.
Esta vez lo que tenemos es un estudio de la adolescencia en el siglo XXI, intercalada con el choque de culturas moderna y tradicional. Además, hace un tratamiento muy acertado del sentimiento de la vergüenza, algo que no había visto hasta ahora.
La película es, en cierta manera, una suerte de spin-off con personalidad propia, de “Del revés”.
Y todo esto, por supuesto, con buen humor, diversión y personajes carismáticos.
El diseño de la infografía, es tan bueno como siempre. En esta ocasión no hay ningún gran alarde nuevo a nivel técnico, pero eso no le quita la calidad. Lo más vistoso es el pelo del panda, diría yo.
Sin embargo, reconozco que el listón del estudio está tan alto, que este título queda un poco por debajo de su nivel medio, aunque solo sea por la capa más superficial del argumento, que parece estar orientada casi en exclusiva al público adolescente o a sus padres.
Es sin duda un film muy disfrutable, pero algo menos de lo que Pixar acostumbra a ofrecer.