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España España · Córdoba
Voto de i42poloj:
1
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama Serie de TV (2017). 18 episodios. Continuación de la serie de culto "Twin Peaks", que vuelve a contar con gran parte del reparto original además de nuevas incorporaciones. La historia continúa alrededor de los personajes de Dale Cooper (Kyle MacLachlan) y Laura Palmer (Sheryl Lee), pero 25 años después. Mientras el agente sigue atrapado en la habitación roja, su alter ego macabro y sanguinario imparte el terror a su alrededor. Un nuevo ... [+]
7 de octubre de 2017
29 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es posiblemente la serie de televisión que ha tenido una continuación más tardía de la historia, sin que sea un “remake” o “spin-off”, sino una temporada nueva. Ni más ni menos que 25 años ha tardado Lynch en retomar su obra más famosa, y a fe que parece que ha tenido libertad creativa para hacer de las suyas a sus anchas.
Apenas pasan unos minutos del episodio piloto, y ya estoy totalmente confundido al mismo tiempo que me pica mucho la curiosidad por ver y entender lo que está pasando por la alocada mente de este creador. David Lynch sabe jugar como nadie con el espectador y con las imágenes, para bien y para mal.
La lentitud de ritmo, falta de respuestas y avalancha de paranoias, puede llegar a ser frustrante, pero aún así no puedo dejar de verla, al menos en las primeras entregas. Porque al final uno puede acabar bastante harto de las pajas mentales de la habitación roja.
La historia es relativamente diferente aunque se repitan personajes. Hay más escenarios aparte del pueblo. Ante nuestros pasmados ojos se sucederán acontecimientos totalmente inexplicables que aparentemente no tienen ni coherencia ni conexión entre sí.
¿Cobrará todo sentido al final o se quedará uno con cara de imbécil? Me temo que lo segundo, porque después de los dos primeros episodios, la cosa empieza a coger la cuesta abajo.
Al tercer episodio empiezo a cansarme de las interminables secuencias oníricas de Cooper en la otra dimensión. Lo que al principio podría dejarse pasar un poco, cada vez deriva más a lo que es un cuadro cubista: algo que no hay quien lo entienda y que para unos pocos listillos es una auténtica obra de arte maravillosa.
En la serie original, las paranoias de Lynch se perdonaban porque en general había una cierta coherencia argumental, y las idas de olla eran esporádicas y secundarias. No eran el plato principal y estaban hilvanadas, más o menos, con la trama principal. Pero mucho me temo que en esta nueva temporada, las rayadas mentales son la norma y dominan los episodios, quedando el escaso hilo argumental como algo testimonial eclipsado por el surrealismo. Muy mal vamos.
Uno puede tener un sueño estrafalario y disfrutarlo, pero si se alarga demasiado en el tiempo, se transforma en una horrible y perturbadora pesadilla de la que quiero despertar como sea. Y Lynch se recrea con secuencias así de más de diez minutos seguidos y con mucha frecuencia.
Si al menos todo cobrara sentido, podría colar, pero Lynch es así. Te vomita a la cara sus demenciales alucinaciones y se queda tan pancho, para que si tienes ganas de matar neuronas seas tú mismo el que intente explicarlo todo.
Tratar de interpretar (o solamente de describir) este bombardeo de imágenes surrealistas es una simple pérdida de tiempo. El culmen es el octavo episodio. Me dan ganas de zarandear violentamente a Lynch y gritarle: ¿Pero qué narices me estás contando?
Además, personajes secundarios como los ayudantes del sheriff, son todavía más estúpidos y cargantes que antes. La lentitud de los diálogos, tanto los reales como los oníricos, así como de toda la acción en general, se vuelve cada vez más desesperante para mí. ¿Qué sentido tiene ver, por ejemplo, a un tipo barriendo un bar durante cinco minutos seguidos? ¿Por qué en muchos diálogos los personajes se pasan una eternidad mirándose unos a otros sin hablar ni reaccionar?
Uno de los peores episodios es el cuarto, donde podemos ver la versión transexual del agente Mulder y también a Naomi Watts, pero eso no quita que esté hasta la coronilla de la versión literalmente imbécil de Cooper. El momento de la corbata en la cabeza y escupir el café me da tanta vergüenza ajena que no puedo ni describirla con palabras.
No la salvo. Es mala, muy mala. Nada que ver con la original en cuanto a calidad del resultado final. Las pajas mentales de Lynch me agotan y no me gustan en dosis tan elevadas.
No sé ni cómo he sido capaz de soportar la sobredosis alucinógena del octavo episodio, ni mucho menos de llegar al final. Supongo que intentaba ver de dónde salían las buenas reseñas.
¿Estará mentalmente enfermo David Lynch, o simplemente es un caradura que hace lo que le da la gana y siempre tiene listillos que admirarán su estupefaciente obra?
Por mí que le zurzan.
i42poloj
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