Haz click aquí para copiar la URL
España España · Córdoba
Voto de i42poloj:
9
Bélico. Drama Narra la historia de Desmond Doss, un joven médico militar que participó en la sangrienta batalla de Okinawa, en el Pacífico durante la II Guerra Mundial, y se convirtió en el primer objetor de conciencia en la historia estadounidense en recibir la Medalla de Honor del Congreso. Doss quería servir a su país, pero desde pequeño se había hecho una promesa a sí mismo: no coger jamás ningún arma. (FILMAFFINITY)
12 de diciembre de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vuelta a la dirección de Mel Gibson está a la altura de las que ha hecho anteriormente detrás de las cámaras. Y me alegro mucho, ya que las últimas en las que ha trabajado como actor dejan bastante que desear o incluso hay algún que otro bodrio (“El castor”, “Vacaciones en el infierno”, “Al límite”…). Le prefiero mil veces como director que como intérprete.
Lo cierto es que los primeros compases de la película me dejaron descolocado, pues la película comienza con drama y romance. Pensé que a lo mejor íbamos a volver al Gibson de sus comienzos (“El hombre sin rostro”), pero luego la cosa no solo remonta sino que dispara su calidad.
Sirve el primer cuarto del film para que conozcamos bien al protagonista y su entorno familiar. Hay mucha energía negativa en su casa, y al mismo tiempo acompañamos al personaje en el descubrimiento del amor. Hay un poco de drama barato y sensiblería a partes iguales, con lo cual la película me estaba empezando a decepcionar un poquito. Pero eso es solo la primera impresión, porque pronto me di cuenta de que Andrew Garfield es un actorazo, que Hugo Weaving lo es muchísimo más (es el mejor papel que le he visto hacer), y que este tramo es absolutamente imprescindible para que logremos empatizar con este soldado con conciencia para todo lo que viene después. Con todo esto, se logra entender su manera de comportarse en el ejército.
Llegamos al segundo acto y el film va mejorando aún más. La parte del entrenamiento militar la hemos podido ver en muchos otros títulos del género, como “El sargento de hierro” y “La chaqueta metálica”. En “Hasta el último hombre”, este segmento es muy divertido, con ese sargento con mala leche interpretado estupendamente por Vince Vaughn. Me ha recordado mucho al film de Kubrick, pero con mucho menos mal gusto y un lenguaje mucho menos desagradable. Curiosamente, a pesar del trato del sargento a sus reclutas, se escuchan muy pocas palabras malsonantes. Quizás la gente era un poco más inocente en los años 40 que en Vietnam, o es que Gibson se ha contenido en este sentido. Está muy claro que él prefiere la violencia física a la verbal, como veremos más adelante. Es casi imposible no reírse con algunos de estos momentos.
Y llega la hora de la verdad: La batalla de Okinawa. Como todo el mundo sabe, Spielberg y su soldado Ryan reinventaron el género bélico, mostrando la guerra en toda su crudeza, con violencia explícita que sirve tanto para impactar al público como para tratar de mostrar sin tapujos los peores actos de la Humanidad con el máximo realismo. Este éxito abrió una nueva moda, de la que no veíamos nada en plan fuerte desde los “Corazones de acero” de Brad Pitt. Y ya sabemos como se las gasta Mel Gibson dando palizas al Mesías o sacrificando víctimas al dios “Kukulkán”.
Tripas fuera, miembros cercenados y sangre por doquier en este asalto que recuerda muchísimo al desembarco de Normandía con Tom Hanks. Pero esta sensación de repetición no es mala. Si el combate en la Segunda Guerra Mundial era así, pues así se nos muestra. Realmente ambos combates se dan la mano y son muy parecidos, pero en el fondo estamos contemplando hechos históricos similares, y no me parece mal que Gibson calque a Spielberg en muchas ocasiones. En cuanto a la violencia, al que no le guste, que no la vea. No creo que Gibson se pase de sádico porque tales bestialidades tenían que ser así en la realidad. No es cuestión tanto de disfrutar con la brutalidad, sino que el realismo absoluto con el que nos impacta el film nos transmita emoción y nos haga pensar lo que tendrían que sentir estos sufridos soldados en el campo de batalla.
El tramo final es realmente emocionante, e impresiona mucho lo que el protagonista fue capaz de hacer, dada su condición moral. Fue un auténtico héroe, y el film lo transmite con épica, más allá de banderas y patriotismos.
En conjunto, es una película muy equilibrada. De hecho, parece contener 2 o 3 historias en una. No es ni como algunas en las que se pasan todo el rato combatiendo y uno se acaba cansando, ni como otras en las que la lucha solo llega en los últimos minutos.
El tema de la religión está muy presente. Puede que no compartamos las ideas del protagonista, pero creo que al final uno termina comprendiéndole y respetándole. Se nota que Gibson es también alguien de fuertes convicciones, pues la película remarca mucho la ideología del personaje.
En fin, es una gran película, que además de todo lo dicho cuenta con buena fotografía, montaje, banda sonora y demás factores habituales de calidad.
Lo único que le impide llegar a ser una obra maestra son las fantasmadas increíbles (jugar al fútbol con granadas como si nada), y el hecho de que su brutal forma de narrar la guerra no nos impacte ya tanto (aunque debería), al haber visto otras cosas demasiado parecidas antes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
i42poloj
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow