Cualquier entorno natural con animales es susceptible de ser convertido en una nueva maravilla animada de Pixar. La compañía del flexo nos lleva al fantástico mundo submarino, donde el pez payaso Marlin vive con su familia en un espectacular arrecife de coral.
Como siempre, vuelven a dar en el clavo en todos los aspectos valorables en una película de animación.
Todo está muy bien. Tanto la vistosidad de los “gráficos”, que recrean un mundo tremendamente colorista y alegre, como los personajes.
Marlin, Nemo, y sobre todo Dory nos conquistan a los pocos segundos quedando para siempre en el recuerdo de una película que por derecho, creo que debe estar entre las 10 mejores que ha hecho esta productora hasta el momento.
La pez azul con poca memoria a corto plazo, aunque sea un poco pesada para el protagonista, es totalmente adorable. A ello contribuye el doblaje de Anabel Alonso en la versión en castellano.
Tampoco falta el habitual patrón de estas historias, en las que un “mindundi” con miedo a todo, tiene que embarcarse en una gran aventura para encontrar a su hijo. Por otro lado, la parte de Nemo tampoco está nada mal, con esos peces “prisioneros” y el divertidísimo plan de fuga del acuario.
Si a mí me ha encantado, no puedo imaginarme lo que le puede llegar a gustar a los niños. Aunque la película está pensada para todos los públicos, ellos disfrutarán muchísimo más con este clásico instantáneo.