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Honduras Honduras · tegucigalpa
Voto de zaratustra11083:
9
Thriller. Drama Arthur Fleck (Phoenix) vive en Gotham con su madre, y su única motivación en la vida es hacer reír a la gente. Actúa haciendo de payaso en pequeños trabajos, pero tiene problemas mentales que hacen que la gente le vea como un bicho raro. Su gran sueño es actuar como cómico delante del público, pero una serie de trágicos acontecimientos le hará ir incrementando su ira contra una sociedad que le ignora. (FILMAFFINITY)
15 de octubre de 2019
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todd Phillips era conocido por las ligeras comedias tipo The Hangover; sin embargo, sorprende ahora a propios y extraños con esta ambiciosa propuesta: perturbadora, escalofriante y sociológicamente densa. La película se sitúa en la década de los setentas, pero es una afrenta total a la posmodernidad y sus vicios: la falta de empatía, la desigualdad, la individualización de la cultura, la liturgia de la positividad y la dictadura de la felicidad (Byung Chun Hal), son cuestionadas sutil y brillantemente por el autor. La fotografía y la dirección artística son magistrales; así como la dirección en general: los contrapicados, los travellings en relieve, el uso de los colores, los claroscuros, la iluminación en cada plano, las panorámicas de la Ciudad Gótica (New York) pestilente y miserable, de los bajos mundos y, por supuesto, los primeros planos de Joaquín, redondean una exquisita y lúgubre propuesta visual que evoca a una decadencia suburbana incrustada en la médula de la retórica del progreso y la modernidad. La cinta hace guiños a varias películas de la década de los setentas como The Network, flying over the cookoos nest, the clockwork Orange , Taxi Driver y The King of comedy.

La actuación de Phoenix pasa desde ya a formar parte de esas interpretaciones de culto, históricas. No sólo perdió 23 kilos para el papel y practicó la risa del guasón por varios meses; sino que, logró aportarle al personaje una caracterización física como expresión fisiológica de sus trastornos mentales. Nadie había hecho eso. La gestualización, la forma de caminar, de doblar el cuerpo, de sentarse, de respirar, exhalar, de correr, de apoyar la cabeza sobre el vidrio, de bailar; más el tono de su voz y las carcajadas; sublimaron a través de su cuerpo la complejidad de su mente y conciencia. Phoenix expulsa a la locura a través de su cuerpo, de lo contrario habría hecho cortocircuito. La musicalización merece también una mención especial. El soundtrack de Joker en su mayoría fue compuesto por Hildur Guðnadóttir, una violonchelista y compositora islandesa de 37 años que anteriormente trabajó en Chernobyl y Sicario; aunque, en los momentos de clímax dramático, podemos reconocer rolas clásicas de Frank Sinatra como thats life o Laughing de The Guest Who.


La película es humanista y ontológica en el amplio espectro de ambos términos. Trata de como hemos forjado una sociedad cínica, narcisista y atrapada en dinámicas de frías convivencias. De como los pudientes se encierran en sus burbujas culturales y se amparan en su ridículo discurso de apología al esfuerzo y la meritocracia para justificar la pobreza y la profunda desigualdad en el planeta. De la visión punitiva y aporofóbica de las clases altas, de su ceguera y su sordera ante la agónica realidad de amplias capas sociales. De como el sistema pretende formar este ser unidimensional (Marcuse) que tiene que rendir y ser feliz todo el tiempo a pesar de sobrevivir precarizado.

El trastorno de la risa de Arthur Fleck funciona como un poderoso recurso de diagramación del personaje. Arthur se ríe cuando siente ansiedad, angustia o tristeza; o sea, se ríe cuando no debe de reírse. Cuenta chistes que no son graciosos y es un freak en una búsqueda eterna de aprobación social. Fleck es, además, un tipo alienado, que se ha tragado el sueño americano y que aspira -como la mayoría- a tener fama y dinero. Sin embargo, la realidad es cruel, lo invisibiliza, nadie lo escucha y hasta la cultura de masas pretende utilizarlo como burla. Así es, el cinismo posmoderno convierte a la diferencia en objeto de chiste, a los inadaptados en memes. La película critica hondamente a la subcultura del entretenimiento y las multitudes de personas envenenadas por la caja gris. El joker sublima toda esa violencia simbólica y ese rechazo de su entorno en una atroz violencia física. La ideología del villano es clara: se ríe de la moralina occidental, de su hipocresía, de su miseria humana. Sólo la violencia puede saldar el rencor de la clase oprimida. Según Phillips, la nueva lucha de clases (Zizek) vendrá con máscara de payaso y será un caos total. Es la revolución esbozada en tiempos del nihilismo ramplón, posverdad y la pospolítica.

Si Ortega y Gasset decía el hombre y su circunstancia, el guasón nos restriega en la cara que es un producto del sistema, de su indiferencia e inacción. Si Levinas propuso una ética amparada en el otro, en la alteridad; Phillips señala que estas sociedades profundamente egoístas y enfermas, son una bomba de tiempo. Que el capitalismo tardío no puede seguir con esa descarada forma de exaltar el consumismo exacerbado y en la práctica continuar pariendo estas hordas de marginados y desadaptados. Todd nos recalca que cualquiera pudo ser el guasón y que todos los excluidos son una especie de joker. El autor hace las preguntas adecuadas y pone el dedo en la llaga en los problemas sociológicos que enfrentamos cerca de llegar al 2020. Phillips advierte: el futuro no luce promisorio.

En definitiva, un verdadero peliculón que se convierte desde ya en un clásico instantáneo y, que deja en la sublime interpretación de Phoenix, una actuación que será recordada por lustros. Sin duda una de las mejores propuestas cinematográficas del año.

Erick Tejada Carbajal

Ciudad de México

7 de octubre del 2019.
zaratustra11083
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