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Voto de Gallina de Piel:
2
Drama Jim Morrison, cabeza visible de The Doors, para muchos fue un regalo de Dios; para otros, un vástago del Diablo. Vivió al límite, en una anárquica carrera autodestructiva salpicada de escándalos y arrebatos de ira y de pasión que lo hundieron en un abismo de sexo, alcohol y drogas. (FILMAFFINITY)
6 de octubre de 2009
32 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
De un servidor enamorado del grupo y del vocalista, tanto musical como ideológicamente:

Buscando muy a grosso modo la palabra exacta para describir mis sensaciones al terminar el film, inherentemente pensaba en frustración, en una enorme frustración al ver la aberrante imprudencia que se acababa de cometer al mostrar al mundo esta quimera sin control ni consciencia.

Supongo que el máximo propósito de Stone al rodar la cinta fue la apresurada caída de un mito, ya que se limita a enaltecer las carencias y enajenaciones del grupo y su líder y del mismo modo a torpedear otras virtudes y excepcionalidades como:

- Obvia sin ningún sentido, como el conjunto de la película per se, la calidad instrumental del grupo.
- Su influencia en el discurso y oración.
- Trata la faceta poética de Morrison de forma bochornosa, hasta rozar el pitorreo, cuando es biensabido por todos que fue un notable poeta.
- Sus viajes a la psicodelia son empalagosos y lineales.
- Las escenas musicales no son extasiantes. La mayoría se reducen a un monólogo soporífero de excentricidades.
- Se excede con la idea del Jim Morrison como icono sexual, situandola por momentos encima de la musical.
- Enfoca al resto del grupo desde el inicio, con total necedad.

Destacable el actor que encarna a Manzarek, desapercibido, pero elegante y efectivo al mismo tiempo.

Creo que Oliver Stone pensó demasiado rápido en los dolares al sumergirse en el proyecto y por momentos olvidó que estaba jugando con la historia del rock ‘n’ roll. Espero que los amantes del grupo guarden la idea anterior al visionado del film.

Aconsejaría dejar la caja tonta a todo volúmen en marcha y dedicarse a otras faenas del hogar mientras gozas, eso sí, de un deleite auditivo constante. Let’s rock!
Gallina de Piel
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