Haz click aquí para copiar la URL
España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
8
Terror. Drama Los Woodhouse, un matrimonio neoyorquino, se mudan a un edificio situado frente a Central Park, sobre el cual, según un amigo, pesa una maldición. Una vez instalados, se hacen amigos de Minnie y Roman Castevet, unos vecinos que los colman de atenciones. Ante la perspectiva de un buen futuro, los Woodhouse deciden tener un hijo; pero, cuando Rosemary se queda embarazada, lo único que recuerda es haber hecho el amor con una extraña ... [+]
18 de julio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La semilla del diablo es la traducción que puso algún genio a Rosemary's Baby, haciendo algo así como un spoiler de cojones, como si cierta película se hubiese llamado 'El psicólogo muerto y el niño'.

Roman Polanski dirigía su primera película en Estados Unidos, después de una exitosa carrera en Europa que encontró su final (en forma de paréntesis abierto) con El baile de los vampiros. En La semilla del diablo Polanski da una auténtica lección de cine. Aunque debo decir que no he leído la novela y no puedo juzgar la adaptación, la película en sí misma es fantástica. El guión produce la tensión que suele atribuírsele a Hitchcock... aumentada. Pese a que a mitad de película comienza a descubrirse todo y eso normalmente es algo malo, en este caso es diferente, ya que se descubre porque la película así lo quiere. A partir, aproximadamente, del minuto 50, la película experimenta una mejoría soberbia, que conduce al espectador por un camino de nervios, incertidumbre y tensión. El manejo de la cámara es brillante, centrándose en la interacción de los personajes, que represenan gran parte de la fuerza de la película. Además, la historia es fantástica y, en su momento, enormemente original. La banda sonora se convierte en parte esencial de la película, remarcando las secuencias importantes hasta convertirlas en una experiencia única.

Mia Farrow está soberbia. El duro momento personal que experimentaba (Frank Sinatra le pidió el divorcio a mitad del rodaje) ayudó y mucho a crear la desesperación que se convierte en base de su personaje. Su gran trabajo físico y la soberbia caracterización acaban de completar un personaje magistral en todos los sentidos. John Cassavetes está, también, soberbio. Con un papel que va perdiendo importancia en cámara conforme avanza el metraje (que se centra en Mia), Cassavetes interpreta un registro con multitud de matices nada sencillo. Sidney Blackmer y, sobretodo, Ruth Gordon, se meten de lleno en sus personajes y ganan algunos puntos más de realismo para la película. Ralph Bellamy, por último, es tal vez el más flojo del reparto principal, aunque sigue estando aprobado de sobra, ya que interviene en varias escenas de las más relevantes y tiene bastante peso en ellas.

Resumiendo, que es gerundio: la naturalidad con la que Roman Polanski filmó La semilla del diablo es lo mejor de una película que tiene multitud de puntos magistrales. Con un reparto soberbio, una ambientación que sirvió de referencia para el terror de los 70, un guión original y fantástico y una dirección magistral, es lógico que hoy en día La semilla del diablo sea todo un referente.
Grijander
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow