Es una pequeña joya del Stop Motion moderno, apenas conocida por el público general, con un guión divertido que parece manido en sus interpretaciones, pero que esconde pequeños giros en su desarrollo. Lo mejor de esta película es que está dirigida tanto para niños como para adultos, ya que a veces cuenta con un humor irónico e incluso negro, que hace guiños a las añejas producciones clásicas de la legendaria productora Hammer con sus Frankenstein, La Momia u Hombre Lobo; la propia atmósfera de esta cinta de animación está imbuida por el toque clásico del género de terror de mediados del siglo XX. También el estilo kitsch de sus protagonistas, cada uno con un patrón típico y definido de la cultura adolescente del cine made in USA como es el rarito, el gordito, el abusón, el cachas encefalograma plano o la hermana guapa. Con este cóctel de personajes tan típicos, la película corre con suavidad durante su metraje para terminar en un final menos esperado de lo que cabía pensar al inicio.