Película romántica que se aleja de los tópicos narrando una historia de amor diferente a lo que estamos acostumbrados: la relación entre un chico con Asperger y una chica normal.
La sencillez con la que es capaz de afrontar esta aparente problemática el director y escritor Max Mayer logra calar en la mente del espectador, pues da imagen (y voz) a las personas aquejadas por este síndrome tan extraño como es el Asperger. Con un buen tono a la hora de dirigir y con conocimiento de causa, el director capta con facilidad la atención del espectador con un estilo sencillo y directo. A esto ayuda la magnífica interpretación de Hugh Dancy (Hannibal serie TV) adentrándose en el complejo mundo de una persona afectada por este extraño síndrome. Esa capacidad para mudar su aspecto de cara a las cámaras y al público se ve compensada con una actuación pura y muy creíble. Junto a él se sitúa una Rose Byrne que quizás nos entrega su mejor papel en años: sincera y franca. Además, se nota la química fluir entre los dos actores, lo que provoca que la historia sea aún más creíble.
En relación a la historia, es sencilla pero muy bien escrita, con un respeto infinito a las personas afectadas por este síndrome y de tono afable para el público general. Tiene bien medida la aparición de conflictos que en nada son estridentes de cara al desarrollo de la trama principal y las vicisitudes que albergan las discusiones son muy creíbles en tanto que sabemos del problema y lo difícil que es manejar una persona como Adam.
Recomendable película para saber más sobre el Asperger que no es rutinaria a pesar de ser una historia de amor que cabría ser predecible. Además está rodada con buen gusto y las interpretaciones de su dúo protagonista están por encima del resto.