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Voto de Huckleberry:
4
Musical. Drama. Romance El expresidiario Jean Valjean (Hugh Jackman) es perseguido durante décadas por el despiadado policía Javert (Russell Crowe). Cuando Valjean decide hacerse cargo de Cosette, la pequeña hija de Fantine (Anne Hathaway), sus vidas cambiarán para siempre. Adaptación cinematográfica del famoso musical 'Les miserables' de Claude-Michel Schönberg y Alain Boublil, basado a su vez en la novela homónima de Victor Hugo. (FILMAFFINITY)
12 de enero de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que pudo ser y no fue. Y la total prueba de que algunos se conforman con poco.

A favor:
-Unas actuaciones realmente excepcionales. Hugh Jackman carga con la película a sus espaldas como si fuese la bandera que Javert le manda traer. Russell Crowe injustamente tratado (canta de barítono y actúa bien, da fuerza). Anne Hathaway de Oscar, sí, pese a que su principal escena recuerda a Sinnead O'Connor. Y el resto del reparto muy bien: Samantha Barks, Sacha Baron Cohen... salvo la sin-fuerza Amanda Seyfried y la anodina Helena Bonham Carter, todos muy bien.
-Unas canciones increíbles, pero con eso ya contaba el musical.
-Unos escenarios, decorados y vestuario (guiño a Paco Delgado) buenísimos, casi soberbios.
-Una historia preciosa, una adaptación de un enorme musical que a su vez adapta uno de los libros clave de la literatura universal.
-Tres o cuatro escenas que ni el director más patán podrían quitarle fuerza y emoción.

Y aquí llega Hooper. El Patán. Y se lo carga todo.
-La cámara es horrible. Paupérrima. Bochornosa. Hooper, ¿tus cámaras son esquizofrénicos? Pregunto, esperando la no respuesta. Abusa tanto de la cámara en mano que parece que te hayas montado en una montaña rusa.
-Hooper PASA ABSOLUTAMENTE de los escenarios que le han montado, el sigue empeñado en meter la cámara en el estómago de Hugh Jackman. Había momentos que parecía que iba a aparecer la gargantilla en modo tiburón. El primer plano vale para momentos íntimos, pero por dios, no abuses de él, porque parecerá una película de monólogos.
-Y qué decir de cambiar la imagen cada segundo. Como si estuviésemos en una película de Jason Statham. Por dios, que es un musical, un plano panorámico por favor. Una escena alargada. Una escena DE MUSICAL, maldita sea.

Y ya, pasando de la cámara...
-Muchísimo altibajo. La parte de Mario y Cossete roza lo estúpido. Te dicen que eso es así porque sí y ya está. Y no se hable más. La parte de amor no puede causar más indiferencia. Toda la movida por tres gestos. Manda huevos.
-Vale, sí, en los musicales es difícil profundizar en el personaje, pero algo aquí podían haber hecho.
-Hay escenas que resultan realmente tontas. Innecesarias. Hooper, pedí la hora al árbitro tres veces. La última en modo agónico, pidiendo que una mano divina te cambiase y pusiera un Stanley Donen. Pero no.
Estabas tú, el mediocre director televisivo que te sobrevaloraron a las primeras de cambio y ahora estás en una nube. Pues baja de ahí. Eres mediocre y te has cargado lo que podría haber sido el mejor musical de la historia.
Huckleberry
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