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Voto de Mister_Floppy:
8
Romance. Drama En la puritana sociedad londinense de los años 50, Hester Collyer (Rachel Weisz), la esposa de un juez del Tribunal Supremo Sir William Collyer (Simon Russell Beale), lleva una vida privilegiada. Pero todo cambia cuando, para asombro de todos, decide dejar a su marido para irse a vivir con Freddie Page (Tom Hiddleston), un joven y apuesto ex piloto de la RAF del que ha caído profundamente enamorada. (FILMAFFINITY)
21 de noviembre de 2012
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
— Parece un plato roto.
— Es cubismo.
— Como un bodegón.
— Baratijas... Estaba bromeando.
— Por supuesto.
— No todos podemos ser cultos.
— No todos podemos ser infantiles, tampoco.
— ¡Escucha, los "infantiles" como yo os salvamos a la gente como tú de la invasión!
— ¿A qué viene eso? No tiene nada que ver. Nadie cuestiona tu valor. Sólo tu mente.
— ¿Mi mente? ¡No le pasa nada a mi mente! "¡FUBAR!"
— ¿Qué quieres decir con eso?
— Tú eres la inteligente. Averígualo.
— ¿Qué diablos significa?
— Absolutamente jodido (Fucked Up, Beyond All Recognition)
— ¿A dónde vas?
— ¡A ver los impresionistas!

Este diálogo podría resumir la película. ¿Es la misma historia de siempre? Sí y no. Es un argumento que hemos visto muchas veces (mujer joven casada con marido mayor lo abandona por un joven), pero aquí lo importante no es simplemente el argumento, sino la forma de mostrarlo y el trasfondo de los personajes.
Al dejar al marido e irse con el joven podría parecer que comienza un largo idilio, pero en apenas diez meses las cosas ya no son lo que en un principio parecía.
Ella es el cubismo, él el impresionismo. Ella vive el presente, él se ha quedado anclado en su pasado como soldado durante la Segunda Guerra Mundial. Ella muestra todas sus caras, es pasional, espontánea. Él es la impresión de lo que deja ver, pero no muestra su interior. Es por eso que a ella se nos la presenta en un plano frontal enmarcada por una ventana y con un fundido encadenado pasamos al mismo plano pero desde el interior de ese cubo que es la vivienda. Es por ello también que muchas veces en los planos sale su imagen directa y la reflejada en un espejo al mismo tiempo y siempre en tonos apagados; recuerda al intento de los cubistas de plasmar las tres dimensiones en el plano. A él en cambio se nos lo presenta con mucha luz de fondo que resalta el grano de la película y le da ese aspecto de cuadro impresionista.
Sin embargo en la única escena de cama que hay en la película (atracción física a la que el marido llamaba primitivismo) Terence Davies lo filma de una forma que resalta las torsiones de los cuerpos entre sí y que nos remite a los bajorrelieves de Miguel Ángel, un estilo artístico todavía anterior.
Se aman pero a la vez se hacen daño. Los malentendidos, la diferente forma de pensar y actuar, los lleva a un callejón sin salida del que sólo podrán salir analizándose a sí mismos y al otro, tomando una cierta distancia. Y es cuando ella se distancia emocionalmente de él, como ante un cuadro impresionista, cuando parece que vamos a ver los verdaderos sentimientos de él, por un momento creemos verlos, pero es el fin ya, la distancia es demasiado grande y él se ha dado la vuelta para marcharse definitivamente sin que veamos derramarse esas lágrimas que por primera vez amenazaban con desbordar sus párpados.
Es el fin, pero es esperanzador, pues todo fin es un nuevo comienzo. Y para ella será reinventándose quizás en un nuevo estilo de arte, pues como decía Stefan Zweig: "Vivir es crear".
Mister_Floppy
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