Un escritor quiere escribir ese gran libro que lo devuelva al estrellato. Se muda a una casa con su familia y allí encuentra una cintas de Super 8, que al ser visionadas poco a poco lo transtornan, lo enfermizan, le obsesionan y hacen despertar del letargo a entes sobrenaturales con los que se tiene que enfrentar. No comentaré más del argumento con el fin de no destripar la historia, ya es una película de suspense, horror y sorpresa,.
Voy a hablar de las sensaciones que me provocó la película. Angustia, desasosiego, algún buen susto, y un mal rollo que es de agradecer, aunque suene paradójico. Las interpretaciones son buenas, especialmente la de Ethan Hawke, que me conmovió como sufría y cómo transmitía su pesadilla viviente. Se merece mi aplauso. La película no abusa de efectos especiales, sino que se mueve más en el terreno del terror nipón, dónde el maquillaje tiene una importancia capital. La banda sonora es excepcional y le va como anillo al dedo. La historia ya vereís que es como un puzzle, unas piezas por aquí, otras que aparecen por allá y dan forma a un todo terrorífico del que es díficil no sentir opresión. Es posible que personas sensibles puedan pasarlo mal.
En definitiva la recomiendo para un público muy concreto, al que le gusten las historias demoniacas, los ambientación fantasmagórica y que................ los tengan bien puestos. Y sí empezaís con una chica no se os ocurra llevarla a una peli de estas características, entonces os recomendaría una peli romántica.