Ese hubiese sido un título más apropiado para la película. Al fin y al cabo, la protagonista es Diana, gracias a Diosa, porque la Reina de Inglaterra es un personaje que produce bastante pereza.

Es un producto satisfactorio por radiografiar un momento crucial de la historia de Inglaterra y por atreverse a dejar tan mal a la familia real. Ni en mis mejores sueños creí que una película llamada "La reina" pudiese ser tan republicana, y más habiéndose estrenado hace quince años en una sociedad tan purista como la británica, porque incluso en la España de 2021, sabiendo lo que sabemos del campechano y familia, siguen siendo intocables para demasiados...

Volviendo a la película, ésta deja en evidencia a una señora que muestra más pesar por el abatimiento de un ciervo que por el trágico fallecimiento de la madre de sus nietos, por no hablar de los modos de su marido y su madre, que más que la familia real parecen unas viejas de pueblo cotillas y amargadas, aunque eso los muestra como gente de a pie. Bueno, con un poco más de mala baba que la gente de a pie.

Salvo las escenas que protagoniza Tony Blair, personaje al que ensalzan innecesariamente, "La reina" goza de una solemnidad y determinación que la hacen elegante e interesante, y aunque no le importa bajar al barro, son los momentos más sosegados, los más valiosos de la película. En el terreno actoral triunfan el siempre magnífico James Cromwell y Helen Mirren, que se parece más a la reina de Inglaterra que la propia Isabel II. Su poder gestual es loable, ya que logra que sepamos lo que piensa de todo y de todos sin mover un músculo. Su trabajo es de los mejores de este siglo, sin lugar a dudas.

El estilo visual, sobrio y a ratos macabro, es muy adecuado, así como la inclusión de escenas reales, tales como las multitudes agolpadas, las televisiones cuestionando a la familia real y el pueblo británico despotricando contra su reina, amén de una Lady Di omnipresente. Todo eso no hace más que engrandecer un producto que merece ser visto al menos una vez en la vida, aunque sólo sea por la curiosidad de saber qué ocurrió en ese momento histórico.