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Voto de Miquel:
8
7,2
1.469
Western. Drama. Thriller
Jeb Rand (Robert Mitchum) es un hombre atormentado por los recuerdos de su infancia. Adoptado a los cuatro años por Medora Callum (Judith Anderson), tras el asesinato de toda su familia, Jeb crece sin problemas en su nuevo hogar. Sin embargo, sus traumas infantiles vuelven una y otra vez a través de sus sueños. Y sus pesadillas se hacen realidad cuando reaparece el hombre que después de acabar con su familia, no ha dejado de buscarlo ... [+]
29 de mayo de 2010
37 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable western dramático de Raoul Walsh (1887-1980), casi olvidado e injustamente infravalorado durante mucho tiempo, hoy es considerado un film de culto. El guión es original del escritor y guionista Niven Busch (1903-91), autor de la novela “Duel in the Sun” y del guión que la adapta al cine con el mismo título, “Duelo al sol”(Vidor, 1946). Se rueda en escenarios naturales de Gallup (NM) y en los platós de Warner Studios (Burbank, CA). Producido por Milton Sperling para United States Pictures/WB, se estrena el 2-III-1947 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en los primeros años del s XX, en el antiguo rancho de los Rand, en el rancho de Medora Callum, en la localidad de Lone Horse, del condado de Seat y alrededores y en Cuba. Jeb Rand (Mitchum) es un joven huérfano adoptado a los cuatro años por la viuda Medora Callum (Anderson), madre de un niño, Adam (Rodney), y de una niña, Thorley (Wright). Vive atormentado por unos recuerdos fragmentarios de su infancia que no alcanza a completar y la sensación de que alguien le persigue por razones que desconoce. Se relaciona con Jake Dingle (Hale), dueño del Casino de Lone Horse, con el joven Prentice (Carey) y otros. Conoce a Grant Callum (Jagges), fiscal de Santa Fe (NM).
El film suma drama, drama psicológico, suspense, thriller, cine negro, romance y western. Esencialmente es un western psicológico de trazos negros. La narración corre a cargo del protagonista, que recuerda episodios de su pasado con la ayuda de flashbacks, que componen un largo y en realidad único flashback. El relato es un drama de tintes oscuros y de comportamientos impulsados por pasiones desatadas que responde a razones patológicas, obsesivas o transitorias. Los motivos abarcan celos, ira, envidia, odios, venganza, resentimiento y otras manifestaciones primarias. Los cambios por volubilidad de los sentimientos de algunos de los apoyos del héroe contribuyen a enrarecer la atmósfera del film y a llenarla de incertidumbre y amenazas. El desconocimiento por parte del protagonista y del público de los motivos que se hallan en el origen de los hechos aportan misterio y factores adiciones de preocupación y temor.
La pasividad del personaje, que se refugia en concepciones fatalistas para no reaccionar ante las amenazas presentidas y dejar en manos de la supuesta mala suerte que le persigue la marcha de los acontecimientos, aporta profundidad al melodrama, delata la fragilidad del protagonista e incrementa la tensión general. El crescendo dramático está sabiamente administrado por Walsh. El soundtrack aporta aullidos de murciélagos y sonidos de lechuzas y búhos, que potencian el poder terrorífico de la noche.
La historia, saturada de pasiones enfrentadas, giros y cambios, adquiere niveles altos de interés y de capacidad de absorción de la atención del público. Con todo, la falta de credibilidad de algunos lances y situaciones provoca en los espectadores más exigentes sentimientos de insatisfacción.
La acción dramática tiene lugar en los primeros años del s XX, en el antiguo rancho de los Rand, en el rancho de Medora Callum, en la localidad de Lone Horse, del condado de Seat y alrededores y en Cuba. Jeb Rand (Mitchum) es un joven huérfano adoptado a los cuatro años por la viuda Medora Callum (Anderson), madre de un niño, Adam (Rodney), y de una niña, Thorley (Wright). Vive atormentado por unos recuerdos fragmentarios de su infancia que no alcanza a completar y la sensación de que alguien le persigue por razones que desconoce. Se relaciona con Jake Dingle (Hale), dueño del Casino de Lone Horse, con el joven Prentice (Carey) y otros. Conoce a Grant Callum (Jagges), fiscal de Santa Fe (NM).
El film suma drama, drama psicológico, suspense, thriller, cine negro, romance y western. Esencialmente es un western psicológico de trazos negros. La narración corre a cargo del protagonista, que recuerda episodios de su pasado con la ayuda de flashbacks, que componen un largo y en realidad único flashback. El relato es un drama de tintes oscuros y de comportamientos impulsados por pasiones desatadas que responde a razones patológicas, obsesivas o transitorias. Los motivos abarcan celos, ira, envidia, odios, venganza, resentimiento y otras manifestaciones primarias. Los cambios por volubilidad de los sentimientos de algunos de los apoyos del héroe contribuyen a enrarecer la atmósfera del film y a llenarla de incertidumbre y amenazas. El desconocimiento por parte del protagonista y del público de los motivos que se hallan en el origen de los hechos aportan misterio y factores adiciones de preocupación y temor.
La pasividad del personaje, que se refugia en concepciones fatalistas para no reaccionar ante las amenazas presentidas y dejar en manos de la supuesta mala suerte que le persigue la marcha de los acontecimientos, aporta profundidad al melodrama, delata la fragilidad del protagonista e incrementa la tensión general. El crescendo dramático está sabiamente administrado por Walsh. El soundtrack aporta aullidos de murciélagos y sonidos de lechuzas y búhos, que potencian el poder terrorífico de la noche.
La historia, saturada de pasiones enfrentadas, giros y cambios, adquiere niveles altos de interés y de capacidad de absorción de la atención del público. Con todo, la falta de credibilidad de algunos lances y situaciones provoca en los espectadores más exigentes sentimientos de insatisfacción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No faltan toques esporádicos de ironía y humor (escobazos de Ma) y trazos rápidos de ternura (polluelo negro, símbolo de Jeb). Walsh no cree en la fuerza imperativa del destino y el peso incontestable de la fatalidad, como demuestra en el lance de la rueda de la fortuna. Las escenas de acción (persecución a caballo de noche...) se presentan resueltas con la eficacia y fluidez propias de Walsh.
El film se relaciona con “Forajidos” (Siodmak, 1946), con el que comparte algunos rasgos narrativos y argumentales. También se relaciona con algunos thrillers de Hitchcock, como “Rebeca y “La sombra de una duda”, con los que comparte adicionalmente métodos de creación de misterio y tensión. También guarda relación con dramas desbordantes de moda en la época, como “Cumbres borrascosas” (Wyler, 1939). En todo caso a Walsh corresponde el mérito de haber sido uno de los primeros realizadores de westerns que amplía la temática del género. La interpretación de Mitchum, adecuada y convincente, es calificada a veces como una de las mejores de su filmografía. En todo caso, es uno de sus primeros papeles importantes en cine. La de Teresa Wright, primera esposa (1942-52) del guionista Niven Busch, es correcta y gratificante, pese a estar puesta al servicio de un papel difícil, variable y contradictorio. Ma Callum entrega una interpretación a la altura de su prestigio y del recuerdo que se guarda de ella como la ama de llaves de “Rebeca” (Hitchcock, 1940). Dean Jagger encarna a uno de los mejores malvados del género.
La banda sonora, de Max Steiner, aporta una partitura orquestal de gran formato, que desarrolla un tono general dramático con pasajes amenazantes, opresivos y fúnebres. Se sirve de bajos profundos, prolongados y en ocasiones vibrantes. Emplea disonancias y distorsiones de sonido. Como música añadida adapta “La veneciana”, canción bailable mejicana de origen polaco, y “Chicken Red”, una premonitoria y movida melodía de madre maltratadora y singular e imprevisible personaje salvador. Los quintos destinados a la intervención norteamericana en la Guerra de Cuba, que ellos denominan guerra contra España, silban el “Himno del 7º de caballería”. La fotografía, de James Wong Howe (“Picnic”, Logan, 1955), en B/N, crea una visualidad expresionista, propia del cine negro de la época, con paisajes desolados, desérticos y fantasmagóricos, signos de muerte (ruinas, partes de esqueleto de animales domésticos masacrados...), interiores sombríos y claustrofbicos, escenas nocturnas opresivas y primeros planos de rostros de iluminación tenebrosa.
Referencias
- Quim CASAS, “Pursued”, ‘Películas clave del western’, pág. 70-71, Robinbook ed., Barcelona 2007.
- Víctor BILBAO, “Perseguido”, ‘Muchocine’, muchocine.net, marzo 2009.
El film se relaciona con “Forajidos” (Siodmak, 1946), con el que comparte algunos rasgos narrativos y argumentales. También se relaciona con algunos thrillers de Hitchcock, como “Rebeca y “La sombra de una duda”, con los que comparte adicionalmente métodos de creación de misterio y tensión. También guarda relación con dramas desbordantes de moda en la época, como “Cumbres borrascosas” (Wyler, 1939). En todo caso a Walsh corresponde el mérito de haber sido uno de los primeros realizadores de westerns que amplía la temática del género. La interpretación de Mitchum, adecuada y convincente, es calificada a veces como una de las mejores de su filmografía. En todo caso, es uno de sus primeros papeles importantes en cine. La de Teresa Wright, primera esposa (1942-52) del guionista Niven Busch, es correcta y gratificante, pese a estar puesta al servicio de un papel difícil, variable y contradictorio. Ma Callum entrega una interpretación a la altura de su prestigio y del recuerdo que se guarda de ella como la ama de llaves de “Rebeca” (Hitchcock, 1940). Dean Jagger encarna a uno de los mejores malvados del género.
La banda sonora, de Max Steiner, aporta una partitura orquestal de gran formato, que desarrolla un tono general dramático con pasajes amenazantes, opresivos y fúnebres. Se sirve de bajos profundos, prolongados y en ocasiones vibrantes. Emplea disonancias y distorsiones de sonido. Como música añadida adapta “La veneciana”, canción bailable mejicana de origen polaco, y “Chicken Red”, una premonitoria y movida melodía de madre maltratadora y singular e imprevisible personaje salvador. Los quintos destinados a la intervención norteamericana en la Guerra de Cuba, que ellos denominan guerra contra España, silban el “Himno del 7º de caballería”. La fotografía, de James Wong Howe (“Picnic”, Logan, 1955), en B/N, crea una visualidad expresionista, propia del cine negro de la época, con paisajes desolados, desérticos y fantasmagóricos, signos de muerte (ruinas, partes de esqueleto de animales domésticos masacrados...), interiores sombríos y claustrofbicos, escenas nocturnas opresivas y primeros planos de rostros de iluminación tenebrosa.
Referencias
- Quim CASAS, “Pursued”, ‘Películas clave del western’, pág. 70-71, Robinbook ed., Barcelona 2007.
- Víctor BILBAO, “Perseguido”, ‘Muchocine’, muchocine.net, marzo 2009.