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Voto de Miquel:
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Musical. Comedia. Drama
La biografía del bailarín de vodevil George M. Cohan, creador del himno norteamericano ”Over There”, sirvió de base para este musical, en el que Cagney demostró sus grandes dotes para el baile. Aunque se trata de una comedia, es una obra de propaganda bélica realizada en plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945). (FILMAFFINITY)
9 de setiembre de 2012
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film realizado por el director nacido en Hungría Michael Curtiz (1886-1962) (“Casablanca”, 1942). El guión, escrito por Robert Buckner y Edmund Joseph con la colaboración de Julius J. y Philip G. Epstein, desarrolla un argumento de Robert Buckner. Se rueda en platós de Warner Studios (Burbank, CA) y se añaden algunas tomas directas de escenarios reales (Washington DC y NYC). Nominado a 8 Oscar, gana 3 (actor principal, sonido y banda sonora). Producido por Hal B. Wallis, William Cagney y Jack L. Warner para Warner Bros. Pictures, se proyecta por primera vez en público el 29-V-1942 (NYC, preestreno).
La acción dramática tiene lugar en Washington, NYC (NY) y otras localidades de los EEUU entre 1878 y 1942. George M. “Geo” Cohan (Cagney) es hijo de Jerry Cohan (Huston) y Nellie (Camp), actores de variedades, y hermano de Jesie (Jeanne Cagney). Los cuatro forman el grupo “The Four Cohan”. George se asocia con el productor Sam Harris (Whorf) y se relaciona con Mary (Leslie), aspirante a actriz. George es emprendedor, realiza tareas de actor de variedades, productor, director y compositor, y es sincero, tiene ansias de triunfar y es conocido por el apodo de Yankee Doodle Dandy. Jerry, de ascendencia irlandesa, es un hombre sencillo, afectuoso y manejable. Nellie es la espina dorsal de la familia, apoya al marido y a los hijos y garantiza la unidad del grupo artístico que forman los cuatro. Mary deja que Geo ocupe el primer plano en casa y fuera de ella, pero lo maneja a su gusto.
Michael Curtiz se encarga de realizar la película inmediatamente antes de iniciar los trabajos de rodaje de “Casablanca”, su obra más conocida y relevante. Desarrolla una narración rápida, rica en elipsis y de ritmo trepidante, que seduce el ánimo del público mayoritario y retiene su atención. Dentro de la tradición del género musical americano, crea una obra visualmente brillante, focalizada en la creación de emociones simples y con números musicales de pobladas coreografías, bailes de gran virtuosismo y música sencilla y pegadiza compuesta por el biografiado.
El film destila alegría, jovialidad y optimismo. De ese modo crea el marco adecuado para trasmitir sentimientos de cohesión social y de exaltación patriótica a una población que solo 7 meses antes del estreno se había visto sorprendida por el ataque (7-XII-1941) a Pearl Harbour (Hawai) y la consecuente entrada del país en la IIGM. La obra forma parte del conjunto de trabajos realizados por Hollywood para la movilización de la opinión pública americana a favor de la intervención en el conflicto y del esfuerzo colectivo que la guerra exigía. El recuerdo de Pearl Harbour se pone de manifiesto en una rápida referencia al emperador del Japón. La Warner fue uno de los estudios de Hollywood que más apoyó la orientación de la opinión pública a favor del esfuerzo bélico del país.
La acción dramática tiene lugar en Washington, NYC (NY) y otras localidades de los EEUU entre 1878 y 1942. George M. “Geo” Cohan (Cagney) es hijo de Jerry Cohan (Huston) y Nellie (Camp), actores de variedades, y hermano de Jesie (Jeanne Cagney). Los cuatro forman el grupo “The Four Cohan”. George se asocia con el productor Sam Harris (Whorf) y se relaciona con Mary (Leslie), aspirante a actriz. George es emprendedor, realiza tareas de actor de variedades, productor, director y compositor, y es sincero, tiene ansias de triunfar y es conocido por el apodo de Yankee Doodle Dandy. Jerry, de ascendencia irlandesa, es un hombre sencillo, afectuoso y manejable. Nellie es la espina dorsal de la familia, apoya al marido y a los hijos y garantiza la unidad del grupo artístico que forman los cuatro. Mary deja que Geo ocupe el primer plano en casa y fuera de ella, pero lo maneja a su gusto.
Michael Curtiz se encarga de realizar la película inmediatamente antes de iniciar los trabajos de rodaje de “Casablanca”, su obra más conocida y relevante. Desarrolla una narración rápida, rica en elipsis y de ritmo trepidante, que seduce el ánimo del público mayoritario y retiene su atención. Dentro de la tradición del género musical americano, crea una obra visualmente brillante, focalizada en la creación de emociones simples y con números musicales de pobladas coreografías, bailes de gran virtuosismo y música sencilla y pegadiza compuesta por el biografiado.
El film destila alegría, jovialidad y optimismo. De ese modo crea el marco adecuado para trasmitir sentimientos de cohesión social y de exaltación patriótica a una población que solo 7 meses antes del estreno se había visto sorprendida por el ataque (7-XII-1941) a Pearl Harbour (Hawai) y la consecuente entrada del país en la IIGM. La obra forma parte del conjunto de trabajos realizados por Hollywood para la movilización de la opinión pública americana a favor de la intervención en el conflicto y del esfuerzo colectivo que la guerra exigía. El recuerdo de Pearl Harbour se pone de manifiesto en una rápida referencia al emperador del Japón. La Warner fue uno de los estudios de Hollywood que más apoyó la orientación de la opinión pública a favor del esfuerzo bélico del país.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
(Sigue sin espoileres/aguafiestas)
La banda sonora reúne cortes de las composiciones más conocidas y más características de George Cohan, que acompaña con números de baile espectaculares y de grata factura. Como música añadida aporta canciones del momento y composiciones tradicionales como “Battle Hymn of the Republic” y “When Johnny Comes Marching Home”. Se ofrecen en total fragmentos de unas 35 canciones diferentes, que se integran en el desarrollo de la historia y aportan elementos de progresión al relato.
La fotografía, de James Wong Howe (“Cuerpo y alma”, Rossen, 1947), en B/N, construye una visualidad que prima la espectacularidad de los números de baile y la sinceridad de los pasajes referidos la vida del protagonista. Exalta el virtuosismo de James Cagney en la ejecución de números de baile de gran dificultad. James Cagney sale airoso del reto que asume como bailarín y, además, entrega un trabajo como actor lleno de naturalidad y simpatía, que le vale el único Oscar de su carrera.
La valoración positiva del film no impide que se aprecien en él algunos puntos débiles. La música de los números de baile resulta en su conjunto superficial y bastante banal, aunque adecuada para suscitar emociones primarias de adhesión y simpatía. El patrioterismo que informa la historia se ha de entender enmarcado en las circunstancias que rodearon la producción del film y las urgencias del momento. La reiterada abundancia de banderas en el escenario y fuera de él provoca sentimientos de fatiga por exageración y saturación. En algunos pasajes el discurso roza el sentimentalismo e introduce sensaciones de gratuidad e inconveniencia. Los valores que defiende el film son de un convencionalismo atroz, que excluye toda referencia a propuestas diferentes.
La banda sonora reúne cortes de las composiciones más conocidas y más características de George Cohan, que acompaña con números de baile espectaculares y de grata factura. Como música añadida aporta canciones del momento y composiciones tradicionales como “Battle Hymn of the Republic” y “When Johnny Comes Marching Home”. Se ofrecen en total fragmentos de unas 35 canciones diferentes, que se integran en el desarrollo de la historia y aportan elementos de progresión al relato.
La fotografía, de James Wong Howe (“Cuerpo y alma”, Rossen, 1947), en B/N, construye una visualidad que prima la espectacularidad de los números de baile y la sinceridad de los pasajes referidos la vida del protagonista. Exalta el virtuosismo de James Cagney en la ejecución de números de baile de gran dificultad. James Cagney sale airoso del reto que asume como bailarín y, además, entrega un trabajo como actor lleno de naturalidad y simpatía, que le vale el único Oscar de su carrera.
La valoración positiva del film no impide que se aprecien en él algunos puntos débiles. La música de los números de baile resulta en su conjunto superficial y bastante banal, aunque adecuada para suscitar emociones primarias de adhesión y simpatía. El patrioterismo que informa la historia se ha de entender enmarcado en las circunstancias que rodearon la producción del film y las urgencias del momento. La reiterada abundancia de banderas en el escenario y fuera de él provoca sentimientos de fatiga por exageración y saturación. En algunos pasajes el discurso roza el sentimentalismo e introduce sensaciones de gratuidad e inconveniencia. Los valores que defiende el film son de un convencionalismo atroz, que excluye toda referencia a propuestas diferentes.