Fui a ver Número 9, y lo hacía con bastante expectación. Sí, realmente tenía muchas ganas de verla. La película iniciaba bien, con la sensación de que nos iba a adentrar en un mundo apocalíptico y en una interesante historia. Sin embargo, a medida que iba avanzando el filme, esa sensación se fue diluyendo. La animación se convertía en un continuo suceder de enfrentamientos entre los muñequitos de trapo y las diversas máquinas que iban apareciendo, entre los que se intercalaban unos parones de acción en los que poco se ofertaba al espectador para contar una historia más que trillada.

En fin, una película en que se prima la faceta artística más puramente visual, de gran potencia, en detrimento del argumento, con un guión bastante flojo. Visualmente, maravillosa, pero poco más.