La primera vez que la vi le di un 7. La volví a ver y pasé al 8. Ayer me dio el venazo y le casqué un 10. Lo sé, estoy loquísimo. Pero a ver, dos puntos: primero, esto de votar es en realidad una soberana tontería, además de un coñazo con tanto punto arriba y tanto punto abajo, con tanto comparar y compararse, con tanto evaluar vidas enteras (carreras cinematográficas, por ejemplo) y olvidarse del instante. A mí me pasa, por eso lo digo, pero vale, quizá sea cosa mía. El segundo punto, que tendría que haber estado dentro de la frase anterior pues tras dos puntos es de recibo que los puntos a tratar no se separen por otro punto innecesario, es (el punto) que la peli esta no hay manera de quitársela de la cabeza, de tan dopada y tan alucinada, de tan hipnótica y tan oscuramente hermosa, sí, hermosa, de tan agria y sin embargo tan cachonda, y es que el humor que transpira es acojonante, sí, acojonante. Lo sé, estoy loquísimo. Y es que hay puntazos muy bestias. Pero da igual, yo los disfruto cual sádico que le retuerzan los pezones (¿los de Patricia Arquette? pues oye... pues no, que la tipa lo hace de puta madre y la podemos llamar actriz aunque esté muy buena, que lo está, lo que pasa que no se lo cree y eso siempre mola).

Pero hablando de molar, cómo mola, tío, el Cage, y qué bien lo hace, que sí, que sí, tal cual lo oyes. El cabrón clava su papel de pasadísimo de rosca -otra vez- como si le fueran en ello las pelucas, aunque aquí creo que conservaba el pelo, no sabría decirte. Lo perdería tras un rodaje extenuante, apuesto, seguro estoy de ello, en realidad, menudo curro el de Scorsese, menudo acabado visual alucinante, magnetismo puro y duro por obra y gracia de la jeringuilla que es un montaje espídico, donde situaciones surrealistas y casi experimentales confluyen para dar forma, ni más ni menos, que a la drogadicción hecha celuloide. El metraje de esta cinta es casi vampírico, no veas cómo chupa el hijo puta. Ahora bien, que ofrecer también ofrece, concretamente adrenalina y la oferta, irrechazable, de un síndrome que he tenido a bien denominar "de la boca abierta", recógete la baba, anda, tal es la fuerza que desprende. ¿Cómo? ¿Que me contradigo? Pues me tragocondi, ya he dicho antes que esto de ver cine es siempre jodido. ¿Cómo? ¿Que no lo he dicho? Pues cierto es, que ya lo dije.

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