Es lo que yo llamo en general “Una gran película”.
Un guión “de vaqueros”, de toda la vida, con persecuciones a días vista, ambición deshumana, bastantes tiritos “de película” nunca mejor dicho…
Joaquín Phoenix lo borda, como todo lo que toca últimamente, pero también John C.Riley. Es curioso analizar que Joaquín hizo esta peli, previa al bombazo que va a dar con “Joker”, donde sube un pelín sus interpretaciones psicológicas que borda, y John C.Riley pasó de su anterior película (la maravillosa “Stan and Ollie”) a un registro completamente diferente tanto física como mentalmente.
Sobra decir que Jake Guilenhall, está bien, y el 4º personaje que no conocía, Riz Ahmed no baja el nivel.
Si la película tiene un nivel notable, es por la fotografía. Ya no por las vistas de 2 vaqueros galopando a toda velocidad por bosques y praderas con vistas desde helicóptero, sino por la cantidad de escenas nocturnas, con velas, a la luz de la luna o con hogueras, incluyendo también tiroteos a oscuras, que ves perfectamente lo que está ocurriendo simplemente viendo las detonaciones. Espectacular.
Por último 3 cosas a destacar.
La película está rodada por un francés, y es…francesa. Las grandes sorpresas del cine. Un cine y una cultura yankee 100%, rodada por un francés. Lo borda, por cierto.
Y luego que la película trae recuerdos. Uno, Tarantino. Si, Tarantino. Esa mezcla de filosofar los personajes, relaciones humanas hasta las entrañas, mezclado con una violencia suprema.
Y sobre todo a mí me ha traído a la mente varias veces “El tesoro de Sierra Madre”, la joya de John Huston, donde se mostraban todas las miserias humanas de ambición egoísta, en ambiente rudo, salvaje y…en plena naturaleza.
Una gran película, que se goza, se disfuta …y se recuerda