David Cronenberg es un cineasta que indaga en el extraño universo del cerebro humano, y sobre todo, en el de la intuición. Sin quedar muy separada la intuición de la violencia, David nos invita en la mayoría de sus filmes (este no es una excepción) a disfrutar de historias que reflexionan acerca de lo débil que es el hombre ante su propia fisiológía. "Una historia de violencia" es una entretenida, bien realizada e intensa película, que reflexiona sobre ello y que no nos puede dejar indiferentes. La historia de por sí, es sorprendente, (quizás poco creíble), pero Cronenberg la cuenta de tal forma que parece que pudiese suceder en cualquier lugar, en cualquier momento (quizás lo más terrorífico, es que sucede).
La diégesis cuenta con tres partes muy bien diferenciadas (los 3 actos aristotélicos), en los que primero se nos muestra la vida actual de Tom (o Joey), relajada y familiar, para a partir de determinado suceso, dará un cambio que pasará de ser cadente a ser radical a lo largo de la película.
En definitiva, se trata de una curiosa historia, emocionante a ratos, con una preciosa banda sonora, buenas interpretaciones (genial el actor William Hurt en su papel de Richie Cusack), poco creíble, pero sobre todo sorprendente y con gran capacidad de enganchar al espectador, y eso siempre se agradece.