12 de setiembre de 2010
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Welles fue un artista versátil.
No toda su obra tiene por qué entusiarmar.
Considero que sus primeras películas junto al fenomenal Joseph Cotten, genial, inolvidable, un fuera serie y todo lo que se diga de él es poco, fueron extraordinarias. A pesar de sus éxitos iniciales tuvo que emigrar a Europa. Con El cuarto mandamiento y El extranjero, al parecer, no obtuvo el éxito deseado que se le había exigido y fue puesto de patitas en la calle por la productora.
Así las gastaban.
Lo que parece injusto del todo es que la Academia no premiara nunca el trabajo de estos dos grandes del cine: Welles y Cotten. ¿Se les atragantaban?
En un coloquio en una cadena de tv local, profesionales y entusiastas del cine alabaron esta película.
La estupenda narración de Welles, las imágenes, la dirección de los personajes destacando la labor de Agnes Moorehead (terminaría de madre de Embrujada en la serie de televisión), la historia y los créditos al final nombrando uno por uno el cuerpo técnico y artístico de los participantes en la película, con la imagen de los actores, es en general una estupenda labor.
Por último, dice: "Yo hice el guión y dirigí la película. Mi nombre es Orson Welles".
Está claro que le sobraba personalidad. Un genio.
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