Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Antonio Morales:
8
Drama Etienne Lantier, un joven parado, se establece en Montsou, un pueblo del Norte de Francia. Allí se hace minero y descubre la miseria, el alcoholismo, las relaciones sexuales sórdidas, la indecencia de hombres como Chaval o la generosidad de Toussaint Maheu; en suma, un mundo de hombres condenados al sufrimiento por el capital. Así es como se compromete con la lucha socialista. Pero algo brilla en medio de tanta miseria: el amor entre ... [+]
15 de junio de 2014
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todas las grandes obras de la literatura suelen dejar una huella imborrable cuando las conocemos, tratando temas profundos que afectan al ser humano y la sociedad en que vivieron. Ello nos sirve de reflexión a la vez que de entretenimiento y formación cultural. Germinal no podía ser menos, el argumento recrea unos hechos y una época lamentables que sucedieron a finales del siglo XIX. Una película emocionante, dura y realista, extraordinariamente ambientada y liderada por un excelente Gerard Depardieu. Se recrean las injusticias sociales entre patronos y obreros que crearon el germen de la lucha obrera y sindical para frenar el abuso del poderoso a costa del débil o desheredado.

El cineasta y productor Claude Berri realizó una fiel adaptación de una de las mejores y más famosas novelas de Émile Zola, representante junto a Balzac, Stendhal y Flaubert de lo mejor de la literatura francesa del siglo XIX y máximo exponente de la tendencia naturalista. En este caso los acontecimientos suceden en el mundo de la minería. El cineasta cuida en todo momento que los personajes sean creíbles y no maniqueos, presentándolos con sus virtudes y defectos, tanto la clase obrera como la clase burguesa. Una historia desgarradora y apasionada, donde apreciamos con todo rigor, cómo era el trabajo de sol a sol en la mina, en unas condiciones deplorables, por un sueldo de miseria que no llegaba para dar de comer a la familia. La solidaridad y la traición entre obreros sin esperanza de vida.

Aunque es sobradamente conocido, me gustaría recordar que Émile Zola fue un intelectual comprometido con su tiempo, expresando a través de sus obras y sus gestos, la lucha contra la injusticia tanto a nivel social como personal, me refiero al famoso caso “Deryfus”, un capitán de origen judío acusado de traición por una Francia reaccionaria y antisemita. Una infamia que Zola destapó con su famoso artículo “¡Yo acuso…!”, publicado el 13 de Enero de 1898 en “L´Aurore” dirigiéndose al Presidente de la Republica y defendiendo la inocencia del militar. Finalmente el 12 de Julio de 1906, Dreyfus sería declarado inocente.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow