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Venezuela Venezuela · Maracaibo
Voto de bucefalo:
7
Drama Marina (Daniela Vega) una joven camarera aspirante a cantante y Orlando (Francisco Reyes), veinte años mayor, planean un futuro juntos. Tras una noche de fiesta, Marina lo lleva a urgencias, pero él muere al llegar al hospital. Ella debe entonces enfrentar las sospechas por su muerte. Su condición de mujer transexual supone para la familia de Orlando una completa aberración. Ella tendrá que luchar para convertirse en lo que es: una ... [+]
2 de mayo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Una Mujer Fantástica” es una película muy buena aunque no tanto para haber ganado el Oscar en éste 2018. Lamentablemente es chilena. ¿Por qué nuestros reparos a su origen chileno? Aunque igual pudiéramos haber dicho Venezuela, Perú, Cuba o Méjico. La calidad en la parte técnica siempre está muy por debajo de las producciones más consolidadas como las europeas y estadounidenses. El sonido, el eterno problema de las películas latinoamericanas, sigue sin resolverse adecuadamente. Por lo demás es una película que reivindica a los marginales en la misma onda que la otra ganadora: “La forma del agua”, teniendo un público favorable a tomar venganza contra las discriminaciones provengan de donde provengan.

Hay temporadas en que el jurado de algunos premios como los Oscars están más pendientes de la atmosfera sociológica del momento, en éste caso el repudio al acoso sexual en el medio por productores y actores de presa como Weinstein, Spacey, Hoffman, y más recientemente el “bondadoso” Bill Cosby, que de la propuesta fílmica en sí misma. Sí a ello le agregamos el contencioso actual entre Donald Trump y las actrices bajo el liderazgo de Meryl Streep, pues nos metemos en una guerra de noticias cruzadas bañadas por el escándalo como espectáculo. Todo esto muy de Hollywood por cierto. No sólo las buenas películas venden sino también el escrache telemático, y quizás, hasta es un mejor negocio.

Marina es una transexual cuya humanidad está atrapada dentro de un cuerpo masculino que le coloca reparos a su sensibilidad femenina. A su vez, tiene que lidiar con los convencionalismos sociales que la consideran un monstruo. Su historia de amor es legítima y honesta; aún más, su autoestima herida, que es capaz de socorrer cuando la mayoría se auto/compadece en la tristeza, la depresión e incluso el suicidio, la hace una persona positiva e indoblegable. Ese es el punto fuerte de la película. Lo demás, en realidad sobra, o no logra hilvanar un misterio consecuente con el que se pretende enganchar al público. Sólo hay amagues y un suspenso solapado que le quita mucha fuerza a la muy buena interpretación de Daniela Vega. Muchos cabos sueltos dentro de un guion que reivindica a los movimientos LGBT aunque sacrifique el sostenimiento solido de una historia de amor imposible en circunstancias heterodoxas contrarias a la “decencia pública”.
bucefalo
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