Creo que es una de las películas más graciosas que he visto. Su humor muchas veces es obsceno o escatológico, pero siempre encierra algo:una feroz crítica contra los regímenes totalitarios. Exajerando un dictador consentido, machista y racista, han conseguido poner de manifiesto no sólo el lado malo de las dictaduras, sino de la sociedad estadounidense.

Por ejemplo, el tipo que dice que todos los que no sean estadounidenses ya deben ser objeto de odio.

Lo curioso es que los personajes no luchan por la democracia, sino por mantener el poder, como el científico. Y es que es cierto, muchas personas quieren que esos regímenes perduren, los ven como algo bueno.

Sin duda alguna, el mejor momento es el discurso final, donde pone de manifiesto que, aunque sea una democracia, EE.UU. muchas veces tienen tintes de dictadura.