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España España · Granada
Voto de Alien:
6
Drama Tras una infancia traumática, y tras aparecer en los años cuarenta en las portadas de unas cuantas revistas y calendarios, la atractiva joven Norma Jeane se convierte en actriz en el Hollywood de los años cincuenta. Pronto se volverá mundialmente famosa con el nombre artístico de 'Marilyn Monroe', convirtiéndose en el mayor sex-symbol del planeta. Pero sus aclamadas apariciones en la pantalla contrastan con los problemas amorosos, la ... [+]
20 de febrero de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como espectador quizá pertenezca a esa minoría que ha visto Blonde (2022) principalmente por ser una película de Andrew Dominik. Y es que en su corta filmografía nos ha dejado tres películas altamente recomendables como son la provocadora Chopper (2000), su particular obra maestra titulada El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007) y la violenta y divertida Mátalos suavemente (2012). Más de una década ha pasado para estrenar su cuarta película, un proyecto que hace años iba a protagonizar Naomi Watts e incluso Jessica Chastain también sonó para dar vida a un icono del cine: Marilyn Monroe. La película se titula Blonde y el premio gordo se lo llevó finalmente la emergente Ana de Armas.

Blonde se basa en la novela homónima de Joyce Carol Oates. No se trata de una biografía, sino de una obra de ficción. No he leído el libro, pero lo que hace la película es tomar elementos basados en la vida de Norma Jean para transformarlos a su antojo con desacertado resultado. El problema de la película no es que modifique la realidad, pues eso en el cine es legítimo y directores como Quentin Tarantino han jugado con la historia y la han cambiado por completo. El problema es alterar la vida de una persona mostrando escenas que se sabe que van a ser polémicas y encima que esas escenas no aporten ni digan nada en absoluto (el ejemplo más claro es el encuentro de Marilyn con el presidente de Estados Unidos). Y ese es el problema que adolece la película durante todo el metraje, que muestra mucho y cuenta muy poco, porque el guión no está nada desarrollado, algo que penalizo mucho si encima estamos ante un filme que dura más de dos horas y media. Y si teniendo todo ese tiempo no desarrollas ciertas tramas que se van dando en forma de breves reflexiones y preguntas que se hace la propia Norma Jean queda como resultado una obra pobre en cuanto a lo narrativo. Para colmo hay partes en las que Dominik juega a ser Terrence Malick o, incluso, David Lynch y no le sale bien. Porque en el caso de Malick, por ejemplo, su cine lanza reflexiones y te invita a pensar. Pero en Blonde esa invitación no es muy estimulante porque sobre lo que se reflexiona lo podemos encontrar en otras películas sin necesidad de deteriorar la imagen de un símbolo como Marilyn. Un deterioro que presupongo que ha sido involuntario, puesto que el equipo de Blonde ha arriesgado mucho, pero no les ha terminado de funcionar la idea y no le han hecho justicia a Monroe.

Como puntos a favor destaco tres elementos. El primero es la banda sonora de Nick Cave y Warren Ellis que está muy conseguida y le va fantásticamente a la atmósfera que crea el filme. En segundo lugar, la fotografía cuidadísima de Chayse Irvin, tanto en sus escenas en blanco y negro como en color y jugando con diversos formatos de pantalla a lo largo de toda la película. Y luego está, por último, Ana de Armas, que ofrece una gran interpretación y muestra nuevamente que su talento va «in crescendo» y justifica que sea una de las actrices a tener muy en cuenta en el futuro. La actriz hispanocubana se mete en la piel de Marilyn, tomando prestados gestos y, lo que más me ha gustado, ese tono y forma de hablar que poseía tan característicos. La interpretación es muy buena, y tiene valor doble teniendo en cuenta que el guión no respalda a Ana de Armas y, aun así, ella es la que realmente saca la película adelante. Uno simplemente lamenta que ella no haya estado inmersa en otro tipo de proyecto que retratase mejor y de manera más justa a Marilyn Monroe con sus dramas, sus altibajos emocionales, sus conflictos, sus adicciones… Pero también con sus notables trabajos, sus relaciones con grandes directores como Billy Wilder, su talento (que lo tenía), su gracia, su sex symbol y la triunfante inmortalidad que ha conseguido. Dicho esto, y para dar fin a mi crítica, no descarto que algún día vuelva a ver Blonde, pero esta vez no lo haría para ver la película de Andrew Dominik, sino para ver la película de Ana de Armas.
Alien
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