Yo daba por hecho que la joven (Milena) había dado el cambiazo a los bebés por el rechazo que le provocaba la existencia de ese fruto de la violación grupal sufrida, por no tener que verle la cara a su atacante cada día reflejada en esa criatura. Y que Penélope al descubrirlo decide engatusarla para que sea su mucama y poder así torturarla poco a poco en la intimidad por ejemplo arrancándole las uñas. Pero cuando resulta que no, que todo fue causa de una equivocación absurda del hospital cual telefilm austríaco y que Pe dice: "Pelillos a la mar" y las dos se hacen amiguis y encima realizan la cucharita con sus vaginas yo ya no puedo más. Quiero decir, a su abuelo se la arrebató el fascismo pero a su bebé ¡se lo arrebata un estúpido error humano en un hospital! Y es que además ese bebé extraviado ya ni existe. ¿Dónde está la profundidad en eso, la simbología, la substancia? Ahí algo se debió torcer para que el mancheguito llegara a la conclusión de que esas dos historias de búsqueda pegaban e incluso eran paralelas. O simplemente es que se da cuenta de que no le quedan ya muchas películas y quiere plasmar en el celuloide todos los borradores que tenga en sus Moleskines, aunque no peguen, porque piensa que el mundo será mejor así.
Hay que decir que esa técnica del collage narrativo la lleva empleando desde sus inicios, metiendo mini historias solamente por el placer de introducirlas, pero al menos antes tenían gracia y salero y por sí solas merecían la pena como digresiones. Ahora son vanas pajas mentales demasiado caras para hacerse perdonar.