Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
9
Drama Álex (Inés Efron) es una singular adolescente de quince años que esconde un secreto. Poco después de su nacimiento, sus padres, Kraken (Ricardo Darín) y Suli (Valeria Bertuccelli), decidieron dejar Buenos Aires para vivir, aislados del mundo, en una cabaña de madera a orillas del mar. Lo que pretendían era que su hija creciera libre de cualquier tipo de prejuicios, protegida y feliz, hasta que llegara el momento de decidir qué camino debía seguir. (FILMAFFINITY) [+]
3 de agosto de 2008
31 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este drama de un ser humano que padece el dolor de navegar entre dos aguas pisando ambas y ninguna, el drama de una familia que se enfrenta a una diferencia que la sociedad señala con crueldad (como ocurre con cualquier aspecto que se salga de la "normalidad"), me ha llegado muy adentro.
Nunca, nunca se debería denigrar a ningún ser humano por el modo en que la naturaleza lo haya constituido. Los verdaderos defectos no son físicos, son los defectos mentales de quienes no aceptan que todos somos hijos de la naturaleza, y que ésta nos fabrica a su antojo, siguiendo sus leyes inexorables.
Alex es hombre y mujer a un tiempo. Su sexo es indefinido, porque posee los dos. Todos estamos acostumbrados a que se nos clasifique en varón o hembra. Pero, en realidad, ¿la línea divisoria es tan drástica? ¿No tenemos todos algo, aunque sea mínimo, del otro sexo? ¿Quién tiene derecho a determinar hasta qué punto cada persona es (o debe ser) hombre o mujer? Hay muchas personas nacidas con cuerpo masculino que se sienten mujeres. Y muchas personas nacidas con cuerpo femenino que se sienten hombres. Y también hay personas que nacen con ambos sexos. Los hermafroditas. Es un fenómeno poco frecuente, pero existe. ¿Cómo se registra a estas personas en el Registro Civil? Supongo que, cuando nacen, sus padres tienen que decidir si le van a poner nombre de varón o nombre de mujer.
No existe una opción para un tercer sexo en el Registro Civil. Ése es uno de los problemas.
Después viene el problema de la educación (¿considerarl@ niño o niña, cómo vestirl@, etc?), el problema del entorno, del andar con pies de plomo para que el secreto no se difunda y evitar así que la gente ande señalando y mirando como si fuese un monstruo.
Porque, por desgracia, la sociedad llega a ser muy cruel, y hay individuos que han crecido en la crueldad y se creen con la potestad de condenar al prójimo sin mirarse ellos al espejo.
Por todo ello Alex se hace mayor rodead@ de confusión, de temor y de soledad. Ni siquiera en el lugar apartado en el que viven y que sus padres eligieron para evitarle disgustos, se libera de la losa con la que tiene que cargar.
A los quince años, tendrá que tomar su decisión. ¿Seguir tomando los corticoides y extirparse el pene para ser mujer, que es el género con el que está registrad@ y con el que l@ identifican los demás? ¿O, sencillamente, no hacer nada y quedarse tal como está?
Lucía Puenzo nos da el billete para viajar por la difícil adolescencia de una persona sobre la que pesa una dura elección. Tanto si elige una cosa, como si elige la otra, el mundo le ha enseñado a sentirse un bicho raro.
Alex tendrá que aprender a aceptarse. Y la única manera llevadera de hacerlo es que quienes l@ rodean l@ acepten tal como es. Difícil, muy difícil.
Duro, delicado drama, moviéndose por la ambigüedad y por terrenos movedizos.
Porque las cosas no deberían ser sólo blancas o negras.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow