La cinta, si bien es de terror, va en clave cómica con algunos aspectos surrealistas que la distinguen de cualquier producto convencional sobre casas encantadas.

Desde ese aspecto puede que la cinta sea original (pero tampoco es para exagerar su inventiva) aunque lamentablemente el filme se torna demasiado delirante y vulgar en su texto narrativo como para poder decir que la opción es de calidad.

En sí es una cinta aceptable, aprobada con un justo 5 ya que entretiene pero miedo no causa nunca. Y si la analizamos desde su comicidad me quedan muchas dudas de que pudiera ser sólida desde esa perspectiva también.

La historia pasa por una casa encantada, una especie de portal hacia una dimensión desconocida donde habitan extraños entes con forma de monstruos.
No hay suficiente desarrollo ni una estructura narrativa lo suficientemente fuerte como para atrapar en emotividad, sino que por el contrario el argumento se despliega con un perfil muy liviano y superfluo típico de las comedias de terror con mucho disparate dando vueltas.

Desde las actuaciones estamos en presencia de las típicas que suelen verse en este tipo de productos donde no hay mayor compromiso actoral como para que se destaque alguien por algo en especial. William Katt asume al protagonismo principal del filme, con una composición normalita que satisface los escasos requisitos que una cinta como ésta requiere desde las interpretaciones.

Desde los apartados técnicos tenemos una casona que sirve como escenario para desarrollar principalmente la acción, algunos efectos especiales bien logrados y por otro lado un gamberro vestuario para recrear lo fantasmagórico acorde a las características de serie B de la cinta.

Cabe aclarar que la cinta es light en sus variantes, no tiene nada de sangre y apenas hay sugeridas algunas situaciones de desmembramientos pero apenas esbozadas ya que la propuesta principal de este filme es el delirio cómico y surrealista de fantasmas de otra dimensión que hacen contacto en esa casa que da el título a la obra.