Aquí se puede observar la capacidad y calidad interpretativas de Henry Fonda, realmente hay momentos soberbios en que su sola presencia llena toda la pantalla. Una película redonda con todo el sabor del glorioso b/n del cine americano de los años 50, Un Henry Fonda soberbio en el papel de un honrado ciudadano acusado de un delito del cual es inocente. En su rostro se refleja toda la angustia, todo el dolor y la impotencia de una persona que pese a su situación desesperada no deja de confiar en la justicia y en que la verdad verá al final la luz. Es una interpretación cargada de matices de un actor en plena madurez interpretativa.
Narrado por el maestro Hitchcock con mano firme se trata de un film austero, casi rozando el documental y la cronica social. Una película estupenda que se deja ver con agrado, aunque ha sido injustamente olvidada y relegada a la categoria de film menor dentro de la produccion del genial director britanico.