Después de mucho sin realizar una crítica he decidido volver a las andadas con éste divertido clásico dirigido y co-protagonizado por Roman Polanski. Podría decir muchas cosas sobre el film sin que la palabra decepción formase parte de mi vocabulario, pero es cierto que en parte, es lo que he sentido. No es que no la haya disfrutado con una sonrisa de oreja a oreja y una fuente de palomitas, pero es cierto que iba predispuesto a a ver una verdadera joya como "El Jovencito Frankenstein" y me he quedado a medias.

La historia es lo de menos, porque a día de hoy dentro de éste género ya lo hemos visto todo, las interpretaciones son exageradas y teatrales (caricaturas en toda regla), y el humor no se basa en el clásico gag, está cargada de ironía y humor negro, algo muy gratificante en un género tan explotado como la comedia dentro del mundo del terror...
Las cámaras rápidas en ciertos momentos (sobre todo en persecuciones) nos recuerdan al divertidísimo Benny Hill y como momento del film destacaría el "duelo intelectual" (por llamarlo de algún modo) entre el profesor Abronsius y el conde Von Krolock...
No sé si es el encanto sesentero que desprende pero la música es toda una delicia, al igual que Sharon Tate... Una pena lo que le ocurriera dos años después, en serio, una verdadera tragedia.