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Voto de Jose_Lopez_5:
6
2020
Jon Favreau (Creador), Jon Favreau ...
7,9
20.621
Serie de TV. Ciencia ficción. Aventuras. Acción
Serie de TV (2020). 8 episodios. Segunda temporada de "The Mandalorian". La criatura conocida como "El niño" sigue perdida en la galaxia, y el mandaloriano hace todo lo posible para devolverlo a su hogar. (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2020
14 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda temporada del único trabajo sobre "La guerra de las galaxias" hecho por Disney que parece haber gustado a (casi) todo el mundo. Y como tal, reincide en lo que le fue útil.
Si la primera temporada de "El mandaloriano" presentaba una serie de vaqueros disfrazada de ciencia ficción del montón (véase spoiler 1), esta segunda ya no se molesta en aplicar múltiples capas de maquillaje. Es decir que, sabedora de lo que le funcionó entre unos telespectadores poco exigentes, reincide con fuerza en el "western", fusilando sin rubor escenas propias del género e incluso planos encontrables en cualquier película del Oeste (véase spoiler 2).
Una jugada nada nueva, pues todas las continuaciones de productos exitosos aspiran a identificar la combinación que les funcionó para repetirla con más intensidad. Pocas personas comprenden que, aquello que sirvió la primera vez, fue en parte por su mesura y justa combinación con otros elementos. Un toque de pimienta se agradece en el primer plato, pero embarrar el segundo con ella lo vuelve incomible.
En este sentido a los telespectadores, en general, les encantó la primera temporada, aun cuando era pobre. Siendo honestos, más allá de los dos o tres primeros episodios, no valía gran cosa. El protagonista, supuestamente un cazarrecompensas, mutaba en un soldado de fortuna que emulaba a "El equipo A", desfaciendo entuertos cual Quijano mientras los guionistas deslizaban pistas acerca de ese feísimo bicho verde y su historia.
Dado que Disney había encadenado una pifia tras otra con la franquicia comprada a Lucas, los seguidores se hicieron miel con esa entrega. Y eso que la serie sufría de unos "deus ex machina" horrorosos, tiraba de sentimentalismo barato, y llegó a ofrecer un episodio de fin de temporada que era basura.
En esta segunda temporada Favreau y sus amigos han optado por ofrecer un "western" puro y duro, a la vez que han tirado de trucos sucios para apelar a la nostalgia de los telespectadores. Disney ha comprendido que la gente no quiere más tonterías anteriores y posteriores a la historia clásica, por lo que intenta jugar sin alejarse demasiado de las referencias fijadas por Lucas en los 70 y 80 (véase spoiler 3).
Eso sí, para no tensar demasiado la cuerda, han decidido aflojar algo más de información, de modo que ahora arrojan al suelo dos miguitas de pan donde antes dejaban caer solo una, no vayan los palomos de los telespectadores a cansarse del juego.
En resumen, más de lo mismo, con la misma calidad regulera y ahondando en las subidas y bajadas a las que se acostumbró la anterior temporada. Esto es lo único que los directivos de Disney pueden hacer con tantos millones a su disposición.
Si la primera temporada de "El mandaloriano" presentaba una serie de vaqueros disfrazada de ciencia ficción del montón (véase spoiler 1), esta segunda ya no se molesta en aplicar múltiples capas de maquillaje. Es decir que, sabedora de lo que le funcionó entre unos telespectadores poco exigentes, reincide con fuerza en el "western", fusilando sin rubor escenas propias del género e incluso planos encontrables en cualquier película del Oeste (véase spoiler 2).
Una jugada nada nueva, pues todas las continuaciones de productos exitosos aspiran a identificar la combinación que les funcionó para repetirla con más intensidad. Pocas personas comprenden que, aquello que sirvió la primera vez, fue en parte por su mesura y justa combinación con otros elementos. Un toque de pimienta se agradece en el primer plato, pero embarrar el segundo con ella lo vuelve incomible.
En este sentido a los telespectadores, en general, les encantó la primera temporada, aun cuando era pobre. Siendo honestos, más allá de los dos o tres primeros episodios, no valía gran cosa. El protagonista, supuestamente un cazarrecompensas, mutaba en un soldado de fortuna que emulaba a "El equipo A", desfaciendo entuertos cual Quijano mientras los guionistas deslizaban pistas acerca de ese feísimo bicho verde y su historia.
Dado que Disney había encadenado una pifia tras otra con la franquicia comprada a Lucas, los seguidores se hicieron miel con esa entrega. Y eso que la serie sufría de unos "deus ex machina" horrorosos, tiraba de sentimentalismo barato, y llegó a ofrecer un episodio de fin de temporada que era basura.
En esta segunda temporada Favreau y sus amigos han optado por ofrecer un "western" puro y duro, a la vez que han tirado de trucos sucios para apelar a la nostalgia de los telespectadores. Disney ha comprendido que la gente no quiere más tonterías anteriores y posteriores a la historia clásica, por lo que intenta jugar sin alejarse demasiado de las referencias fijadas por Lucas en los 70 y 80 (véase spoiler 3).
Eso sí, para no tensar demasiado la cuerda, han decidido aflojar algo más de información, de modo que ahora arrojan al suelo dos miguitas de pan donde antes dejaban caer solo una, no vayan los palomos de los telespectadores a cansarse del juego.
En resumen, más de lo mismo, con la misma calidad regulera y ahondando en las subidas y bajadas a las que se acostumbró la anterior temporada. Esto es lo único que los directivos de Disney pueden hacer con tantos millones a su disposición.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
1) Mera sutitución de elementos convencionales por otros fantasiosos o tecnológicos, pero sin que ello derive en consecuencias para los personajes o la sociedad. De hecho, podrían eliminarse todas las pistolas de rayos, naves espaciales y bichejos, que seguiríamos teniendo un "western" clásico con pistoleros, caballos y manadas de lobos atacando a los protagonistas. Si busca buena ciencia ficción aquí, le han aconsejado mal. Deje de creerse todo lo que lea en Internet.
2) Esto mismo lo hace un spaguetti "western" (por decir algo), y la gente lo apalea. Que si un maldito plagio, que si no saben hacer nada nuevo, que si eso ya está muy visto, que si vaya basura. Lo hacen con la estética de "La guerra de las galaxias", y el personal se pone palote. Esa es la capacidad crítica de nuestra sociedad. Una simple capa de pintura, y la gente ya no distingue lo cutre de lo valioso.
3) Recuperar a Boba Fett, amparándose en lo contado en las novelas, es echarle una cara de narices. Y lo de traer de vuelta a Luke Skywalker y R2D2 en el episodio final gracias al CGI, es para darse cabezazos contra la pared. En Disney no saben moverse más allá de la trilogía clásica sin pifiarla.
Aunque también es verdad que la mayoría de los seguidores están obsesionados con esas tres primeras películas, siendo incapaces de abandonarlas. Son como niños abrazados a su osito de peluche. Niños con 40 y 50 años, ojo, lo que no dice nada bueno sobre la inmadurez emocional y la brutal nostalgia que ha calado en esta sociedad. La misma que solo quiere volver a la infancia ante un mundo que cada día comprende menos.
2) Esto mismo lo hace un spaguetti "western" (por decir algo), y la gente lo apalea. Que si un maldito plagio, que si no saben hacer nada nuevo, que si eso ya está muy visto, que si vaya basura. Lo hacen con la estética de "La guerra de las galaxias", y el personal se pone palote. Esa es la capacidad crítica de nuestra sociedad. Una simple capa de pintura, y la gente ya no distingue lo cutre de lo valioso.
3) Recuperar a Boba Fett, amparándose en lo contado en las novelas, es echarle una cara de narices. Y lo de traer de vuelta a Luke Skywalker y R2D2 en el episodio final gracias al CGI, es para darse cabezazos contra la pared. En Disney no saben moverse más allá de la trilogía clásica sin pifiarla.
Aunque también es verdad que la mayoría de los seguidores están obsesionados con esas tres primeras películas, siendo incapaces de abandonarlas. Son como niños abrazados a su osito de peluche. Niños con 40 y 50 años, ojo, lo que no dice nada bueno sobre la inmadurez emocional y la brutal nostalgia que ha calado en esta sociedad. La misma que solo quiere volver a la infancia ante un mundo que cada día comprende menos.