Haz click aquí para copiar la URL
España España · . ¯\_(ツ)_/¯ .
Voto de Jose_Lopez_5:
3
Acción. Fantástico Nueva York, 1979. En un hospital de Manhattan acaba de nacer Christine, una niña preciosa. Ese mismo día, en el Vaticano, un joven sacerdote le comunica al Papa que esa niña lleva la marca del Anticristo. En 1999, Jericho Cane, un ex-policía amargado, salva a Christine del asalto de unos ladrones. Desde entonces Cane será víctima de la persecución de terribles fuerzas sobrenaturales. (FILMAFFINITY)
22 de julio de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Flojísima película de acción en donde pusieron a un Arnie postquirúrgico a combatir al mismísimo demonio. Se ve que los enemigos terrenales, presentes o futuros, se le habían quedado pequeños y había que tirar más alto.

Fue la primera película rodada por Schwarzenegger tras su complicada operación de corazón del 97 (complicada porque se torció y hubo que volver a abrirlo) y la primera que inauguró el periodo de calma chicha en sus actuaciones. No exagero. Una revisión de sus películas de acción posteriores a ese año evidencia que el roble de Austria ya no es tan activo físicamente como antes. Puede que los años pesen, pero que el punto de inflexión ocurriese justo después de la intervención no es casual.

El argumento es, además, oportunista y, por tanto, condenado a morir pronto: el demonio traerá el fin del mundo con el nuevo milenio, necesitando para ello cepillarse a una pava en particular. No vamos a entrar a discutir bobaditas como el que el milenio no empezó en el 2000, sino en el 2001. Ni tampoco por qué el mecanismo de invasión es tan complejo que implica hincarse a una jovencita en concreto. O, como dice el protagonista, si esto ocurrirá a la medianoche de la costa Este u Oeste. Licencias de los guionistas que los demás tenemos que tragarnos justo al entrar en la sala de cine.

La actuación del austríaco está muy contenida por razones obvias, aunque en el guion lo disimulan cargándole una depresión de caballo y un alcoholismo generoso. Los secundarios, para qué engañarnos, no valen un pimiento, Byrne incluido. Y la propia historia no le importa a nadie porque solo es una excusa para que el musculitos reparta un poco de estopa. Pero poquita, que los médicos se pusieron serios con él. Todo ello aderezado con una melodía de unos pocos acordes que es un peñazo insufrible.

Un Arnold hecho asco no es plato del gusto nadie, y menos en una película con fecha de caducidad.
Jose_Lopez_5
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow