Enrevesado y (muy) tramposo thriller cuya trama se inicia con dos estudiantes muy diferentes (antagonistas y aparentemente enemigas), Kelly (Denise Richards) y Suzie (Neve Campbell), acusando a Sam Lombardo (Matt Dillon), el consejero del instituto, de violación. Ray Duquette (Kevin Bacon) y su compañera Gloria (Daphne Rubin-Vega) serán los encargados de desenmarañar una trama en la que todos parecer mentir y tener mucho que ocultar.

John McNaughton se dio a conocer con una dura película titulada Henry: retrato de un asesino (Henry: Portrait of a Serial Killer), sin embargo, su carrera ha ido dando tumbos desde entonces y está plagada de subproductos y películas menores. Se podría decir que Juegos salvajes es su mejor trabajo (y el más popular) desde que despuntara con la película antes mencionada. McNaughton consigue impregnar a la película de un aire malsano y decadente, algo a lo que también ayuda el buen trabajo de fotografía. Pero, lo mas destacable es la labor de los actores (quienes se tienen que enfrentar a personajes que no son lo que parecen) y el guión (el cual puede resultar exasperante para los que busquen coherencia).

Recuerdo que en el momento de su estreno la película fue muy publicitada por su contenido sexual y, sobre todo, por cierta escena lésbica protagonizada por Richards y Campbell. Sí, es cierto que estamos ante una intriga erótica, aunque ello queda en un segundo plano, ya que lo que sobresale (para bien o para mal) es su retorcidísima trama. Juegos salvajes puede presumir de ser una de esas producciones en las que uno no sabe qué será lo siguiente en ocurrir. Lo cual es todo un halago.