Un hombre despierta en un oscuro y sucio paraje repleto de personas que deambulan atormentadas. Mediante sucesivos flashbacks en la vida de este sujeto, nos enteramos de que se trata un médico previamente fallecido en una operación del aparato digestivo. Este buen señor es entonces rescatado del infierno por dos camilleros, y atendido en un hospital futurista por un angelical médico-angel. Más tarde el ángel le conduce a una ciudad para explicarle como funcionan las cosas en el cielo (aunque más bien parece querer hacerle miembro de una secta). Y hasta ahí puedo leer porque no pude soportar más... y bastante metraje aguanté.

Sólo los santurrones tipo Ned Flanders aguantarían este bodrio. ESTA PELÍCULA NO TIENE NI PIZCA DE GRACIA, NO HAY DRAMATISMO, NO HAY INTERPRETACIONES, NI AMOR, NI ODIO, NI VIOLENCIA, NI MISTERIO, NI SUSPENSE, NI SORPRESAS, NI TERROR, NI DESARROLLO. TAN SOLO UNOS FONDOS FUTURISTAS Y PROPAGANDA CUTRE DEL VATICANO...

Pero no solo esta película está vacía. Encima resulta maniquea a más no poder: las almas malditas o sin purgar deambulan por un siniestro paraje entre quejas, mientras las almas salvadas son trasladadas a un hospital y más tarde a la ciudad angelical. Pues muy bien, señor Wagner de Assis: Mejor ser un alma a tu libre albeldrío en un lugar asqueroso que un sosaina hasta la naúsea en un mundo perfecto y vacío.