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Voto de kafka:
10
8,0
9.184
Romance. Drama
Viena, 1900. Stefan Brand, un famoso pianista, recibe una carta de una mujer con la que mantuvo, en el pasado, una relación amorosa que ya no recuerda. Lisa es para él una desconocida, alguien que ha pasado por su vida sin dejar huella. Y, sin embargo, ella sigue apasionadamente enamorada de aquel joven músico que conoció cuando era todavía una adolescente. (FILMAFFINITY)
6 de noviembre de 2009
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
No ya una obra cumbre en la impresionante trayectoria del genial austriaco errante Ophüls, sino una de las mejores películas de la Historia, sin parangón en muchos aspectos.
Melodrama químicamente puro acerca de una mujer (Fontaine: la reina del melodrama, pues ha estado en los dos mejores que yo haya visto jamás, éste y "Rebeca" de Hitchcock), que relata su vida al pianista del que estuvo perdidamente enamorada (Jourdan) a través de una carta en la que ya anuncia a éste su propia muerte y la de su desconocida hija, se trata de un film sublime, rodado con una delicadeza infinita, equilibrado hasta lo extasiante, una obra de arte que se cierra sobre sí misma y que se erige en principio y fin, para mí, como cinéfilo: con "Carta de una desconocida" uno renace de sus cenizas y cree amarga pero maravillosamente en el súbito milagro del amor; con "Carta de una desconocida" uno muere de cine, como Fontaine muere de amor, uno muere de pena como Fontaine porque se acabe tan magnánima obra de arte; uno muere siempre que la vea y resucita al mismo tiempo.
Película profunda y ligera, de una sutileza encantadora, de un ritmo tan leve como embaucador, es una joya inmarchitable y límpida, mística tal vez, a la que cabe acudir una y otra vez sin cansarse. Y cabe hacerlo tanto en los momentos mas felices como en los más desencantados. Pues vale, tal diamante romántico, tanto para lo uno como para lo otro. Eso se llama milagro.
Melodrama químicamente puro acerca de una mujer (Fontaine: la reina del melodrama, pues ha estado en los dos mejores que yo haya visto jamás, éste y "Rebeca" de Hitchcock), que relata su vida al pianista del que estuvo perdidamente enamorada (Jourdan) a través de una carta en la que ya anuncia a éste su propia muerte y la de su desconocida hija, se trata de un film sublime, rodado con una delicadeza infinita, equilibrado hasta lo extasiante, una obra de arte que se cierra sobre sí misma y que se erige en principio y fin, para mí, como cinéfilo: con "Carta de una desconocida" uno renace de sus cenizas y cree amarga pero maravillosamente en el súbito milagro del amor; con "Carta de una desconocida" uno muere de cine, como Fontaine muere de amor, uno muere de pena como Fontaine porque se acabe tan magnánima obra de arte; uno muere siempre que la vea y resucita al mismo tiempo.
Película profunda y ligera, de una sutileza encantadora, de un ritmo tan leve como embaucador, es una joya inmarchitable y límpida, mística tal vez, a la que cabe acudir una y otra vez sin cansarse. Y cabe hacerlo tanto en los momentos mas felices como en los más desencantados. Pues vale, tal diamante romántico, tanto para lo uno como para lo otro. Eso se llama milagro.