The Children

Me ha sorprendido gratamente esta cinta. A pesar de que el argumento no es nada del otro mundo, podría decirse que es de las que destacan dentro de su subgénero.

Recuerda inevitablemente a cierta (grandiosa) película española de los 70*, absolutamente terrorífica (aunque a años luz de la del creador del "Un, dos, tres", dicho sea de paso), así como a otra cierta cinta, de cierto niño que solía quedarse solo en casa en otras ocasiones, aunque en esta ocasión acompañara a cierto Hobbit de la Comarca.

Todo empieza como en una clásica película navideña (perfecta para ver en dicha época), pero pronto ves que hay algo extraño sobrevolando el lugar. Más cerca de lo que parece. En el aspecto más inocente que, a priori, pueda pensarse.

Las actuaciones están correctas, sin más, ya que es bastante coral, e irregular en líneas generales, aunque la hija adolescente sobresale en mi opinión. El elemento inocente para inducir al miedo, es acertado, alejándose de los clásicos estereotipos.

El clímax de cada escena truculenta, en ocasiones queda un poco confuso, sin llegar a observarse con claridad cada detalle, mezclándose varias escenas que ocurren de forma simultánea, para impactar más al espectador, aunque creo que no siempre consigue su objetivo.

Sin embargo, la atmósfera creciente de tensión, está muy bien lograda, es lo mejor de la película, y la misma va intensificándose según se desarrolla la acción, sin necesidad de mucho artificio para conseguirlo.

Recomendable para fans del género y quienes creen que el peligro se esconde en lugares, sitios o seres, casi insospechados.

«The Children» (2008), dirigida por el británico Tom Shankland, presenta una narrativa polarizada que explora la dicotomía entre niños malvados y sádicos frente a padres excesivamente ingenuos e incapaces de reaccionar. Esta premisa sienta las bases para el escenario perfecto de la masacre que presenciaremos, enmarcada en la paradójica y contrastante atmósfera de unas vacaciones navideñas en un paisaje idílicamente nevado, pero aislado en un páramo donde se desencadenará la pesadilla.
La contraposición inicial se fundamenta en el dilema moral al que se enfrentan los adultos: la dificultad de matar a niños que se han convertido en maníacos asesinos. En el trasfondo de esta dicotomía, se esconde una crítica a la sociedad contemporánea y a cómo los adultos confrontan a los más jóvenes y las circunstancias que los envuelven.

Con un presupuesto limitado y una idea que ha sido explorada en otros clásicos legendarios, sin el glamour de actores de renombre, el verdadero malévolo en esta pieza de horror de 85 minutos radica en la efectividad actoral.
El mérito se reparte de manera irregular entre el elenco de adultos y niños, pero la verdadera estrella de la película es la adolescente inadaptada y rebelde, interpretada por Hannah Tointon. Shankland recibe una mención especial por la dirección de actores infantiles en esta producción que va directo al grano, sin regodearse en pretensiones ni prolegómenos excesivos, sumergiéndonos de lleno en el dramático caos y la tragedia sangrienta a la que asistiremos.
«The Children» tiene varios precedentes, muchos de ellos conocidos por el gran público, como «Los chicos del maíz» («Children of the Corn»), toda una saga que abarca desde 1984 a 2018, y de la que se hizo un «reboot»/«remake» en 2020; la mítica película española «¿Quién puede matar a un niño?» (1976) de Chicho Ibáñez Serrador, y «El pueblo de los malditos» (1995), de John Carpenter. Sin embargo, Shankland logra imprimir su sello distintivo en un subgénero que parece no agotar su capacidad de reinventarse.

Al explorar las profundidades menos transitadas del cine de terror, nos encontramos con una película de 1980 titulada «The Children», conocida en español como «Abrazo Mortal», y dirigida por Max Kalmanowicz. En ella, presenciamos la inquietante transformación de niños inocentes en monstruos asesinos durante el trayecto de regreso a casa en un autobús escolar, un cambio que parece ser provocado por una fuga en una planta petroquímica, detalle que se insinúa en las escenas previas a los créditos iniciales de este «film» de hace más de tres décadas.
Podríamos argumentar que, a pesar de los precedentes más conocidos a los que muchos críticos, tanto profesionales como aficionados, suelen referirse, «Abrazo Mortal» de 1980 ofrece una conexión directa que bien podría haber influenciado a Tom Shankland en su película «The Children» de 2008. La similitud entre ambas cintas no es meramente superficial; comparten una genética identitaria mucho más evidente. Esta revisión de «The Children» de 1980 a través del prisma de la película de Shankland de 2008 nos permite apreciar cómo los temas de la infancia corrompida y la inocencia perdida han sido tratados en el cine de terror a lo largo de los años, y cómo estos temas resuenan con una perturbadora actualidad en la cultura contemporánea.

La casa rural donde se alojan las familias se convierte en el escenario de una pesadilla navideña. Los adultos y sus niños se ven atrapados en un lugar que debería ser un refugio de paz y alegría, pero que se transforma en un campo de batalla. En este contexto, la adolescente Casey emerge como un faro de racionalidad, un oasis en medio del caos, ofreciendo al espectador un punto de identificación y seguridad frente a la matanza que se despliega.
Irónicamente, en la vida real, los adolescentes suelen ser fuente de preocupación para padres y profesores. Sin embargo, en la película, es precisamente una adolescente la que actúa como catalizador de una que llega demasiado tarde para cambiar el curso de los eventos.

La productora detrás de «The Children» es Ghost House Underground, una firma que cuenta con la maestría de Sam Raimi, uno de los pioneros del gore en las décadas de los 80 y 90. Raimi, conocido por su habilidad para inyectar elementos cómicos en el terror, transforma las carnicerías en parodias que, lejos de trivializar el horror, sirven como un mecanismo para distanciarse de él. Este humor actúa psicológicamente como un mecanismo de defensa, una estrategia evolutiva que nos permite manejar el miedo. Desde una perspectiva etológica, se ha demostrado científicamente que lo que denominamos «sentido del humor» es una táctica emocional defensiva frente a aquello que nos atemoriza.

Sin embargo, la película de Shankland se aleja de la estética de «cabin terror» que Raimi popularizó con su franquicia «Evil Dead» (1978 – 1992). En «The Children», no encontramos esa fusión de horror y comedia que caracteriza a Raimi. Aunque pueda haber una conexión comercial y productiva, el enfoque de Shankland es distinto, optando por una atmósfera más sombría y un terror que se inclina hacia lo psicológico y lo visceral, sin los alivios cómicos en los que Raimi u otros realizadores conocidos del terror suelen escarcearse. En este sentido, «The Children» se posiciona como una obra que, manteniendo su autonomía creativa, comparte con Raimi la capacidad de explorar los límites del miedo en el cine.

En «The Children», el entretenimiento cede su lugar a una espiral de auténtico terror que se despliega sobre un paisaje nevado, cuya blancura se ve interrumpida por manchas de carmesí. La película avanza evitando las escenas explícitas y apoyándose en la angustia emocional que provocan los niños. Sin llegar a mostrar las formas más crudas del sufrimiento de las víctimas, Shankland no busca el impacto fácil a través de la casquería (para eso están las paradas de menudillas en el mercado), sino que se basa en la contención y la innovación,

Los ingleses andan de pique con los franceses de a ver quien es el que mejor cine de terror hace hoy en día. Para mi gusto son los franceses quienes están ganando por goleada y la muestra esta en The children.

Quien vaya entrar a verla, sabrá lo que espera. No hay sitio para la sorpresas. Con un argumento mas que interesante, no solo porque los niños sean los asesinos. Va más allá, son los hijos los que hacen peligrar la vida de los padres. Mucho mas aterrador. Tener que sobrevivir ante el hostigamiento de renacuajos de tu propia sangre. Sabido el planteamiento, lo que toca es sufrir. ¿Lo consigue?

En mi caso no. Como muy bien explica LennyNero en su crítica en filmaffinity, el director se queda a medio camino. La violencia ni siquiera está fuera de campo sino desaparece y vemos solamente las consecuencias. En una historia que pide a gritos ver esa locura. ¿Puede ser por cuestiones legales que los niños no realizasen escenas violentas? Es la pregunta que se me ocurre porque las pincelas violentas que hay son sin niños en el plano. Quiere evitar a toda costa que aparezcan. Algunas escenas terminan siendo confusas al estar montadas en paralelo, con plano cortos. En resumen, queda bastante torpe por intentar evitarlo y no ser valiente.

Podía a ver si una mejor película. Al final se queda en un film light. Tranquilamente se podría ver con el hijo sin temor a que este se le cambiase el carácter y saltase encima de uno con un cuchillo.

De todos es sabido que los críos son como hornos de fundición, consumen recursos y generan residuos, y si además añades un virus entonces ya se convierten en máquinas letales. Y de eso va la película, de como una entrañable reunión navideña se convierte en un infierno ¡bastante aburrido por cierto!, por culpa de esos pequeños cabrones.
Personalmente creo que es muy predecible y además, cuesta creer que cinco adultos hechos y derechos sean incapaces de atajar tamaño desvarío. La historia no me resulta creíble, quizá la primera muerte, pero luego encuentro absurdo que los adultos se queden pasmados mientras las criaturitas les comen los dedos hacia dentro. Nada, que no me lo creo, y si no me lo creo no me provoca tensión ni miedo, y entonces me aburro. Al menos podrían haber mostrado con más detalle como le reventaban la cabeza a algún crío pero ni eso. Desde luego me quedo con "Los chicos del maíz" y por supuesto, con la fantástica peli de Ibáñez Serrador de 1976 "Quién puede matar a un niño", esa sí que mola.

Francamente, solo vi The Children por recomendación de un viejo amigo... Cuando supe que era del Reino Unido me desanimé un poco, pues no ha tenido muchas películas terroríficas de renombre.
Pero me equivoqué...
Me atrevo a decir que esta película es un poco mejor que La Profecía, pues la trama está bien contada sin rodeos y sin escenas innecesarias para meter al espectador en lo trillada que se convierte esta película.
No puedo expresar lo que siento después de ver el filme, pues me ha dejado sin palabras, pero puedo asegurar que es una gran película.
Hannah Tointon lleva el cargo de la protagonista pero lo hace muy bien... La consideraría como una de las nuevas estrellas prometedoras del cine británico.

Pero bah, les recomiendo esta película, la pasarán al borde del asiento viendo como estos niños ponen el mundo de cabeza.