Límite: 48 horas

El informe del informe es deforme.
Es bruta, tosca, pedestre, macarra, mamona, apenas nos da nada, una suma infinita de tópicos gordos (la pareja del policía que se queja de la eterna ausencia del amante bandido sería motivo más que suficiente para quemar la película, si se pudiera, de una vez por todas y no dejar ni las cenizas) y el cierto encanto garrulo de la pareja en cuestión, que se besen, que se follen, los que se pegan, se quieren y el final al muere malote es de vergüenza*.
Los malos son demasiado tristemente de serie z de opereta de tercera, dónde los pillaron, y los intríngulis o diretes con la maleta del dinero y las novietas o putas nos importan o preocupan tanto como el cambio climático, es decir, muchísimo, de los buenos somos, sin dormir, por lo que nos tiene el alma en vilo, así no hay manera, un sin vivir.
Y esa chulería como de cómic para infantes de chupete, esos chistes cuarteleros, esas bromas de mal pagador, de legionarios sin soldada, en fin, historias de la puta mili, nazíos pa matar y, si hay alguna suerte, joder y ser amigo de mis amigos mientras arreglamos el mundo y la parienta seguramente se me enfurruña mucho me deja y me divorcio o simplemente separo y todo es una pena morrocotuda y un asco tremendo y tanto para olvidar bebo y soy un perro callejero perdido abandonado sin amo ni dueño.

A estas alturas, ya no me cabe la menor duda, los 80 eran otra, te gustarán o no te gustarán eso es otro asunto, pero sin duda tiene un sello propio, una distinción que no sólo la nostalgia puede destacar, esta peli puede dar buena fe de ello. Y como viví esos 80 como adolescente creo que al día de hoy puedo dar una visión de la misma un poco (puede que no mucho) objetiva de la misma. Una de las cosas buenas de este tipo de cine es que entonces no te engañaba, si decías que ibas a ver una de polis, esto era lo que ibas a encontrarte. Supongo que la semilla de esta película, como la de todas las que vendrían fue Harry el Sucio, que creó un estereotipo no sólo repetido por el propio Eastwood sino que sirvió de plantilla para crear ese esquema ochentero que tanto nos marcó a muchos. No nos equivoquemos, aquí no se trata de evaluar la calidad del producto sino el grado de entretenimiento ofrecido. El esquema era claro; Poli rudo y arisco de vida de desordenada que no quiere compañeros y va contra las normas, topa con un compañero con el que discute a grito pelado (en este caso un presidiario), malo malísimo que se carga a alguien que fundamenta la venganza personal, chicas florero (esto hoy en día es absolutamente impensable), clubes de strip-tease, personajes cómicos que rompen cualquier atisbo de seriedad... vamos que la originalidad no era precisamente su fuerte y aún así las pelis molan y molan cantidad cuando están bien realizadas. Límite 48 horas, cumple todo eso, a pesar de sus numerosos defectos, Walter Hill era un artesano que se las arreglaba muy bien para hacerte olvidar lo absurdo de muchas de sus situaciones.

Un tipo montado en una vieja furgoneta se lleva lindamente a un colega que trabaja en las obras de un ferrocarril en una cuerda de presos, delante de las mismísimas narices de tres vigilantes.
Y ahí tenemos para buscar a los dos asesinos a Jack (Nolte), un detective brusco y mal hablado que parece primo hermano de Harry el Sucio. Como la única pista que tiene es uno de sus colegas que está en la cárcel, allí va a buscarlo. Se trata de Reggie (Murphy), un pincel vestido con un traje "príncipe de Gales" anticipo de "El príncipe de Zamunda" (1988).
Dos días tiene de plazo para devolverlo a la trena, 48 horas de acción trepidante y rock and roll.
Pero todo muy parecido a la célebre serie de mediados de los 70 "Starsky y Hutch". Uno rubio y otro moreno, uno buen coche el otro un cacharro, jefe superior de policía negro en los dos casos y moviéndonos por los tugurios nocturnos o por las neblinosas calles de San Francisco. Ya saben, "El invierno más frío que pasé fue un verano en San Francisco".
En fin, algo ya muchas veces visto antes y después de la obra de Hill. Mucha violencia, colegueo, algo de sexo y continuas puyitas cuarteleras, "Cómo está tu mujer? -Como una serpiente".
Pues eso, que gustará a los aficionados a la cintas de acción por la acción. Algo menos a los que piden un poco más de ingenio al guion, al fraseado o a la realización.

De una época en la que no se complicaban la vida a la hora de hacer cine y de la mano de un director que huye de la grandilocuencia, nos llega esta película que puso de moda los buddy films inspirando posteriormente otros largometrajes similares. Al debutante Eddie Murphy se le nota que aún necesitaba algo más de rodaje en la gran pantalla en contraposición a un Nick Nolte que lo clava como policía que está de vuelta de todo comiéndose a su compañero a base de puyas y mal humor. Lo más flojo es la persecución que copa una trama que da demasiadas vueltas sobre lo mismo con demasiados momentos en los que no ocurre nada haciendo que el grato recuerdo que teníamos de ella se vea ensombrecido por la inevitable nube del tiempo.

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Jack Cates (Nick Nolte) es un policía de San Francisco que tiene la encomienda detener a dos peligrosos criminales recién fugados de la cárcel que están sembrando el pánico en la ciudad.

Para ello tendrá como compañero a Reggie Hammond (Eddie Murphy) un cliente del sistema penitenciario, pero tan solo tendrá 48 horas de permiso en la cárcel, durante los cuales será la nueva arma de trabajo de Jack Cates, que utilizará el astuto policía para atraer a los criminales hacia él, pues Hammond fue en el pasado compinche de los dos maniacos a los que ahora persigue el policía.

La película tuvo un presupuesto $10 millones y genero por venta de taquillas la cantidad de $78,8 millones en Estados Unidos solamente, mas $30,3 millones por el alquiler del DVD en los videoclubes, además recibió cuatro nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano dos de ellos.

Eddie Murphy fue nominado a los “Golden Globes” como nueva estrella de cine.
Frase memorable de la película, “Que una cosa te quede clara, negro: no somos socios, no somos hermanos y ni siquiera amigos” -Jack Cates.

Eddie Murphy (1961- ) es un actor, cantante y comediante estadounidense, se destaca como un actor comediante con una gran espontaneidad y empatía.

Eddie Murphy comenzó su carrera a la temprana edad de 16 años. Con tan sólo 19 años fue contratado como humorista por la cadena de televisión NBC de

Estados Unidos para aparecer en el programa “Saturday Night Live” (67 episodios, 1980-1984). En 1993 graba una canción con Michael Jackson.

Después de su paso por “Saturday Night Live”, protagonizó varias películas, entre ellas “Beverly Hills Cop” (1984) , por la que fue nominado al “Golden Globe” al mejor actor de comedia. También fue nominado por las películas “48 Hrs.” (1982) , “Trading Places” (1983) y “The Nutty Professor” (1996) .

En 2007, finalmente ganó el Globo de Oro como mejor actor de reparto por su papel del ficticio cantante de soul James "Thunder" Early en la película “Dreamgirls” (2006), recibiendo también una nominación al Oscar por el mismo papel.

Como actor de películas de animación, prestó su voz a Burro en “Shrek” (2001) y sus secuelas, y al dragón Mushu en la película de Disney, “Mulan” (1998).