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A las nueve cada noche

Drama Cuando muere su madre tras una larga enfermedad, los siete hermanos Hook la entierran en el jardín, pues temen ser separados y enviados a distintos orfanatos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
26 de mayo de 2024
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Siete hermanos que se quedan solos en el mundo tras la muerte de su madre deciden no decir nada, enterrar el cuerpo y seguir adelante con su vida, ya que temen ser separados y enviados a un orfanato. La madre, además de sus fuertes convicciones religiosas, les ha inculcado la idea de que, incluso después de morir, seguirá siempre a su lado...

Oscuro drama británico con ribetes de terror, sostenido en su mayor parte por sus intérpretes infantiles de distintas edades; cada niño, con su personalidad en ciernes, afronta la situación y la pérdida a su manera, con el recuerdo, o más aún, el espectro materno, muy presente aún. Película sobre el duelo, la superación y la comprensión de algo tan inescrutable como la muerte, un “coming on age” hacia la madurez que, en especial durante su primera parte, vendría a ser nada menos que un pequeño tratado antropológico.

Vemos el surgimiento de una comunidad humana aislada, más en el plano mental que físicamente (siguen yendo al cole y fingiendo vida normal) que desarrolla sus propias costumbres y roles, funda un ídolo al que aferrarse (las posesiones de la difunta a modo de reliquias), un espacio de lo sagrado que mantenga la unión, ofrezca sentido, respuestas, una ley que a veces puede ser arbitraria y cruel, reveladora tanto de un misterio como de esa entidad despiadada y sin nombre, que a veces calla cruelmente y a veces se manifiesta como lo peor que llevamos dentro. Un ídolo que, como cualquier otro, es susceptible de ser cuestionado, interpretado de según que formas… sin embargo la propuesta es lo bastante sugerente, en este sentido, como para ir más allá de la simple denuncia ramplona del fanatismo. Son los sesenta, época de cuestionamientos, de nuevas voces y perspectivas... surge aquí la cuestión de la inocencia no tan inocente, la mirada infantil entre ingenua y alucinada, así como la crítica a una realidad adulta que no sale muy bien parada.

La premisa parece digna de alguna comedia negra, y lo cierto es que no carece de cierta luminosidad a ratos, acompañada por un lírico tema musical de Georges Delerue donde destaca la flauta y que transmite esa fragilidad de los chiquillos. El trabajo de Clayton es igual de destacable, cuajado de detalles (ellos sentados a la mesa y con los pies que ni les llegan al suelo), atento a la composición, el espacio algo opresivo de la casa.

La segunda mitad se convierte en un thriller cuando se presenta “Charlie” (Dirk Bogarde), buscavidas turbio de existencia disoluta que intentará aprovecharse, o eso parece, de los tiernos corderitos, a modo de encantador de serpientes. Figura, en definitiva, de resonancias diabólicas y mefistofélicas, que llevará a la degradación y a la desintegración de la sociedad. Pero una vez más, lo que podría haber caído en un trazo grueso y en lo ya visto (inevitable acordarse de “La noche del cazador”) deviene en una faceta humana insospechada; un ser corrompido, agotado, que pretendiendo ser superior, en cierto modo está igual de perdido y abandonado que todos. Desamparo y soledad, gente que busca su propio beneficio, falsa caridad… ese vecino que pasa junto al grupito sin enterarse o quererse enterar de nada, lo que lo dice todo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Don Hantonio Manué
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28 de junio de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable película que narra la difícil situación que enfrentan 7 hermanos que pierden a su madre, quedando a la deriva en una oscura y terrorífica mansión. La actuación de estos niños es tan buena que merecen ser destacadas, especialmente la de Pamela Franklin, Mark Lester y la pequeña Sarah Nicholls como Gerty, quienes ofrecen una puesta en escena totalmente realista. En este film se mezcla el drama, la intriga, el miedo y la emoción. En suma, un clásico que merece ser visto por las nuevas generaciones. Mención aparte para los actores adultos: Dirk Bogarde quien está en su mejor momento de su carrera como actor y Yootha Joyce, quien más tarde se haría famosa como la Sra. Roper en la serie de TV británica de los 70 "Man about the House".
maufs66
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4 de diciembre de 2020
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con dirección del exquisito y sensible Jack Clayton, A las nueve cada noche gira en torno a siete hermanos que a la muerte de su madre fingen que esta continúa con vida. Muy triste y dura (hay momentos que te encogen el corazón), no es tanto un película de miedo como una película sobre el miedo. Los niños protagonistas han recibido una rígida formación religiosa que les ha llenado la cabeza de culpas e infiernos; se han educado en el temor. Por ello les aterroriza la inminente vida adulta (con el pecado amenazando), y la quieren evitar no solo pretendiendo que su madre no ha muerto sino también acogiendo al padre que los abandonó cuando acude a hacerse cargo de ellos. No quieren hacerse adultos, les da miedo.
Juan Pais
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10 de junio de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A las nueve cada noche (1967) se trata de una película británica dirigida por el gran cineasta Jack Clayton, que a pesar de no contar con una filmografía extensa, siempre dejó detalles de gran cine en todas sus películas. Viendo el filme con retrospectiva, se entiende que la obra quedara relegada a un segundo plano en el subconsciente cultural, porque se trata de una obra que supera en terror puro a muchas otras películas que teóricamente están encuadradas en dicho género.

La película está basada en la novela de Julian Gloag, con quien Clayton mantuvo una intensa correspondencia para hablar sobre su obra y la posibilidad de que fuera llevada al cine (1). Al igual que en Suspense (1961), trata un tema en el que los personajes infantiles son los protagonistas. La película relata como muriendo la madre de una familia de nueve hijos, estos, que no tienen ningún familiar cercano más, deciden no decir nada a nadie porque tienen miedo de ir a un orfanato si las autoridades se enteran. A partir de esa decisión crearan un ambiente familiar único, donde las puritanas normas religiosas que les impuso en vida su madre quedarán como reglas fundamentales para regir su vida.

La película no es solo un drama, sino que el guion ataca duramente algunas de las rígidas costumbres británicas, convirtiéndose en un espejo artístico, muy poco comercial, de una Inglaterra que no se acostumbraba a ver en el cine en aquellos años. Solo el Free Cinema era capaz de mostrar críticamente los defectos de una sociedad que hervía en deseos de cambios y apertura social. Y a pesar de que Jack Clayton no puede considerarse un Young Angry Men, como así se hacían llamar los jóvenes directores del movimiento Free Cinema, lo cierto es que en su cine nos encontramos con críticas tan airadas a la sociedad del momento como la película que nos ocupa.

La teórica moral victoriana en la que se aposentaba gran parte de la sociedad británica, especialmente la más conservadora, queda señalada en una película que nos presenta las consecuencias de una más que férrea educación, basada en preceptos religiosos, que en realidad cohibe la propia naturaleza humana. Con el giro final, el guion termina de rematar esta, mostrando además la hipocresía: las virtudes sobre las que tanta gala hacía esta propia moral, la castidad especialmente, son además una mentira.

La película está claramente partida en dos, si hablamos de su estructura narrativa. La película se divide en una primera parte magnífica, que tiene lugar desde la muerte de la madre hasta la llegada del padre, interpretado por Dick Bogarde, en un segundo fragmento mucho más convencional (a pesar de tener un final igualmente espeluznante). Curiosamente de cara a la publicidad se vendió a la estrella de la película al actor, aunque en realidad solo apareciera durante la mitad del filme. 

La estricta religiosidad con la que se puede entrever que la madre ha cuidado a sus hijos queda plasmada también en unas secuencias en las que Jack Clayton da rienda suelta a fantasías totalmente macabras. El director, que es uno de los más conocidos dentro del género, especialmente por su película Suspense (1961), deja también aquí su particular visión del terror. Los niños, arremolinados junto a la hija mayor, "contactan" con su madre, en una especie de ritual que tiene mucha miga desde el punto de vista antropológico y que mediante una bien escogida iluminación, interpretación y dirección, crea una atmósfera muy particular, propia de un director genial. 

La puesta en escena es otra de las maravillas que ofrece la película. Como muestra hay la secuencia inicial en la que los niños se juntan alrededor del lecho fúnebre de su madre. Teniendo muy poco espacio, la cámara se mueve entre los niños como si fuera un elemento invisible, que apenas tiene presencia física. Uno no puede dejar de preguntarse como se rodaron dichas escenas, que además tienen un ritmo frenético condicionado por el propio montaje

Conclusión

A las nueve cada noche es una de las mejores películas británicas de los años sesenta. Es un puñal a la moral conservadora de la época y Clayton demuestra que es capaz de moverse dentro de los límites del "Nuevo cine" con la experiencia de un veterano y la postura radical de un Young angry man.

Crítica escrita para Cinemagavia.es
Kyrios
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13 de diciembre de 2014
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a repetirme ya que casi todos los compañeros aquí han expresado la misma idea: un película dramática con niños pero no para niños. Y sobre todo que te deja con los pelos de punta como si se tratara de una joya del cine de terror. Recuerdo haber visto esta película de niño y tener pesadillas creyendo que mi madre iba a morirse esa misma noche. Fue tal el impacto que me causó que estuvo en mi mente durante años. A los 20 y poco años tuve la oportunidad de verla de nuevo y lo pasé igual de mal o peor. Y lo mismo ocurrió cuando la volví a ver en TCM años después. Es una joya de película, todavía en los 60 en Inglaterra se hacían auténticas maravillas.
Años después los franceses harían una versión más optimista titulada La fractura de miocardio. LO cual demuestra que el legado de esta película influyo a buena parte de Europa. Lamentablemente no está disponible en DVD pero TCM la emite con frecuencia en dual, así que aprovechad y pasad un mal rato :-)
vengadores73
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